Luke Donald, el hombre infalible de la Ryder Cup, con seis títulos

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PETER CASEY | REUTERS

El capitán, por cuya continuidad clamó todo el equipo, ganó con Europa cuatro como jugador y dos como jefe del grupo

30 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Luke Donald sale en la foto del triunfo de Europa en la Ryder Cup del 2004 en Oakland Hills (Michigan), donde ganó dos puntos y medio; sonríe en la imagen del 2006 en el K Club de Dublín, cuando hizo pleno en sus tres partidos; figura en las crónicas del 2010 en Celtic Manor (Gales), gracias a tres victorias; y también en las del 2012, clave también en el milagro de Medinah, donde abrió el camino de los triunfales individuales, hasta ayer la última victoria del Viejo Continente en suelo americano. Pero el deportista inglés también figura, ya como capitán, en otras dos estampas, la del 2023 en Roma, y la del 2025 en Nueva York. Ya como capitán. Así que al infalible hombre Ryder, su vestuario le cantó una y otra vez el domingo, tras la histórica victoria por 13-15 sobre Estados Unidos: «¡Dos años más!». El consenso en el vestuario es abrumador sobre su continuidad en el puesto. «Voy a disfrutar esta noche», se limitó a comentar el domingo el señalado.

La capitanía de Europa respondió a diversas teorías a lo largo de la historia. De la alternancia en cuatro citas de Charles Whitcombe en los años 30 y 40; a las cuatro ediciones de Tony Jacklin entre 1983 y 1989, cuando consiguió despojar al conjunto europeo de sus complejos gracias al liderazgo de Seve Ballesteros; o a las tres de Bernard Gallacher entre 1991 y 1995, con tres intentos hasta que ganó. Pero desde entonces nadie repetía en el puesto, hasta que llegó Donald.

El deportista inglés guio con empatía e inteligencia a Europa hacia el triunfo en Roma en el 2023. Y ya entonces la opinión de los jugadores facilitó que se le ofreciese la continuidad.

En Nueva York, se encontró con seis jugadores clasificados de antemano: Rory McIlroy, Robert MacIntyre, Tommy Fleetwood, Justin Rose y Tyrrell Hatton ya habían participado en la victoria en Marco Simone dos años antes, y lograba su plaza Rasmus Hojgaard en lugar de su gemelo Nicola. Para las otras seis plazas, el capitán eligió a otros seis jugadores que habían contribuido al éxito en Italia: Jon Rahm, Shane Lowry, Sepp Straka, Ludvig Aberg, Viktor Hovland y Matt Fitzpatrick. Y ahora todo el bloque le devuelve la confianza recibida para que lidere el vestuario de cara a la cita del 2027 en Adare Manor, en Irlanda.

«Hay que dedicarle tiempo y poner el cariño para darle a los jugadores las mejores oportunidades», razona Donald, al que los integrantes del equipo encumbran por su cuidada preparación de la estrategia y las parejas, y, también, por la atención a todos los detalles que tienen que ver con la convivencia.

«Son 12 jugadores increíbles, eso lo sabemos. Intentas hacer que se sientan cómodos», razona Donald, de 47 años. «Llegamos a Nueva York sabiendo que no iba a ser fácil. Fue duro, brutal por momentos, desagradable a veces (...). Lo que me hace sentir más orgulloso como líder es la cohesión y la unidad que tenemos», explica, y confesó la respuesta que le daban cuando les consultaba sobre las parejas: «Confío en ti, Luke. Allá vamos». Quizá otros dos años más.

Rahm: «Su conocimiento es lo que ha hecho posibles estos dos triunfos»

Rahm fue uno de los jugadores que más alto expresó su deseo de que Donald continúe como capitán: «Ha puesto el listón altísimo». El jugador español lo considera decisivo en los últimos triunfos. «Su profesionalidad, su atención a los detalles y su conocimiento de la Ryder Cup y del juego jornada tras jornada es lo que han hecho posibles estos dos últimos triunfos», destaca después de jugar cuatro ediciones.

Rose: «Es muy inspirador ver cómo ha crecido tanto como líder»

Con 45 años y siete Ryders a sus espaldas, Justin Rose llegó a Nueva York dispuesto a vivir cada instante como si fuera el último. Si Donald no continuase, podría ser encumbrado como su sustituto en la capitanía. En todo caso, se deshace en elogios hacia él. «Es muy inspirador es ver cómo ha crecido también como líder», razona el oro olímpico de Río 2016. «Ha tenido un compromiso enorme con el equipo».