Singapur, entre el título de McLaren, la lluvia y el «necropostureo» canino por Hamilton
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											El complejo circuito de Marina Bay llega con muchos frentes donde mirar y la posibilidad, casi certeza, de que se celebrará el título de marcas para los de Woking
02 oct 2025 . Actualizado a las 19:50 h.La llegada del siempre interesante Gran Premio de Singapur se produce con varios focos de atención inmediatos. El primero es la segunda bola de partido que tiene McLaren para conquistar el campeonato de constructores de manera matemática. Después del nefasto GP de Azerbaiyán, la cita en Marina Bay se antoja mucho más probable para sus intereses: cantarán el alirón sumando trece puntos más que Mercedes, su primer perseguidor o, lo que es lo mismo, logrando un podio con al menos uno de sus dos pilotos.
Norris y Piastri tienen a tiro darle a su equipo lo que en la práctica ya es una realidad: son la referencia del 2025 y solo una gestión nefasta por su parte podría evitarlo. Ganar el campeonato de marcas a falta de seis citas para el final es toda una demostración de poderío, aunque no tengan tal ventaja también en el campeonato de pilotos.
Y es que después de dos victorias consecutivas de Max Verstappen le han visto las orejas al lobo. El neerlandés, que el pasado fin de semana echó una pachanga al volante de un Ferrari en Nürburgring (ganó con una facilidad tal que sus rivales parecían poco más que conductores con la «L» puesta), tiene en Singapur una de sus espinas clavadas: es el único circuito del calendario donde nunca ha ganado. La lluvia y el intenso calor que se espera serán dos enemigos extra para los grandes favoritos, pero también para los pilotos que pueden dar la sorpresa, como un Carlos Sainz exultante tras su podio en Bakú o un Fernando Alonso al que le trae gratos recuerdos regresar a Singapur. No en vano fue aquí donde protagonizó una de sus victorias más inesperadas, en el 2008, gracias a las artes de tahúr de Flavio Briatore.
También será una oportunidad para un Lewis Hamilton de luto. El heptacampeón del mundo perdió hace unos días a su mejor amigo, su perro Roscoe, provocando una ola de solidaridad que para muchos no es más que «necropostureo» en las redes sociales. El bulldog más famoso del mundo del automovilismo ha generado tal cantidad de mensajes que a pocos les sorprendería que Hamilton luciese un crespón negro, pero también otros miembros del paddock. Son muchos los que ven aquí un exceso de intención por figurar que cuando han muerto personas mucho más relevantes para la fórmula 1 no se ha producido.
Los chalecos refrigerantes hacen su aparición
Por primera vez desde que la FIA aprobó el uso de chalecos refrigerantes, el organismo ha activado el protocolo de peligro de calor en Singapur, donde se esperan temperaturas superiores a los 31 ºC en Marina Bay. A partir de los 30,5 ºC, los pilotos pueden optar por llevar este dispositivo, entre los que se encuentra Fernando Alonso.
«Lo he estado usando en algunos libres para prepararme para Singapur e incluso para Catar. El domingo lo llevaré», explicó el asturiano, aunque admitió que la comodidad no es su punto fuerte: «Funciona bien, pero el material es más grueso y resulta menos cómodo. Es un equilibrio: más fresco, pero menos confortable».
Desde Aston Martin, el director técnico Enrico Cardile recordó la importancia de una preparación minuciosa: «Beber mucho antes de la carrera es clave para evitar la deshidratación, que puede afectar a la concentración. Y en Singapur, cualquier error se paga caro». El chaleco funciona como una camiseta técnica con pequeños conductos por los que circula un líquido refrigerante conectado a una bomba y un microprocesador. Su objetivo: mantener la temperatura corporal bajo control en condiciones extremas.
Para quienes decidan no llevarlo, el reglamento prevé añadir peso extra al coche y evitar así ventajas injustas. Porque en Singapur, donde cada curva es una trampa, el extra del calor unido a una humedad infernal puede determinar quién hace una buena carrera y quién acaba abandonando.
No es casual que sea aquí donde los pilotos intentan llegar en mejor forma posible, hasta el punto de tratar de cambiar su dieta en las jornadas previas para llegar en perfectas condiciones. El chaleco refrigerante no dará potencia extra, ni evitará que los toques contra el muro tengan más consecuencias, pero seguro que los pilotos que lo usen lo agradecerán tanto o más.