
Coincidí con Dídac en el Joventut cuando él era júnior, y ya en aquellos tiempos lo subíamos con el primer equipo. Siendo un jugador tan bajito, veías su competitividad y su capacidad de entender cómo rendir al máximo nivel.
Para llegar a lo que está siendo hoy necesitó tiempo, pero en el Tizona se estabilizó. Le ayudó mucho. Cuando eres joven, estar tiempo en el mismo club y con los mismos entrenadores te ayuda. Estuvo partidos en el Zaragoza de la ACB, pero lo cedieron al San Pablo y ahora ha terminado en el Leyma. Esto habla muy bien de él y de que no se frustra ni piensa en quién debería ser, sabe bien quién es.
Es un jugador que, como todos, no siempre gana, pero siempre ha sido un competidor. Ha ascendido de LEB Plata a Oro, de Oro a ACB... Esa capacidad de competir sin sucumbir a la presión es fantástica. No le bloquea, para él es un aliciente más. Sabe lo que es la Primera FEB y es consciente de lo que es competir en una liga tan larga y que no perdona.
Es capitán y está acompañado por Guillem Jou, que aquí en Manresa también lo hizo y muy bien. Dídac es un responsable de vestuario, está pendiente de ayudar a sus compañeros y eso vale mucho. Estoy seguro de que volverá a la Liga Endesa y ojalá sea con el Leyma Coruña.