
El máximo organismo del fútbol europeo aprueba la petición de disputar el encuentro correspondiente a la decimoséptima jornada de Liga, aunque deja clara su incomodidad
06 oct 2025 . Actualizado a las 18:33 h.El fútbol español vivirá en diciembre un acontecimiento histórico. El duelo entre el Villarreal y el Barcelona, correspondiente a la decimoséptima jornada de Liga, se disputará fuera de España —en Miami—, después de que este lunes la UEFA diese su aprobación al proyecto impulsado por Javier Tebas, presidente de la competición, aunque dejando clara su incomodidad con el hecho de que puedan celebrarse partidos de los torneos domésticos lejos del territorio nacional.
Ahora habrá que buscarle una fecha definitiva a un partido que, originalmente, iba a jugarse el 21 de diciembre en La Cerámica, y que habrá que mover para que no afecte al choque de la NFL entre el equipo local, los Miami Dolphins y los Cincinnati Bengals, marcado para el 22 de diciembre. Lo que es seguro es que la cita será en el Hard Rock Stadium, un recinto de más de 65.000 espectadores que ya ha acogido partidos de fútbol internacional y que en esta ocasión será escenario de un encuentro oficial de la liga española, algo inédito hasta la fecha.
La decisión marca un antes y un después en la historia de la Liga. Por primera vez, un partido de competición oficial se trasladará fuera de España con el objetivo de expandir la marca del campeonato y acercar a nuevos públicos a los equipos implicados. No se trata de un amistoso de verano, sino de un compromiso con puntos en juego y que puede ser clave en la clasificación.
Además, el hecho de jugar en Miami privará al Villarreal de su condición de local, algo que ha levantado voces críticas que hablan de «adulteración de la competición». Sin embargo, desde la Liga se defiende el movimiento como un paso imprescindible para la internacionalización de su producto. Su presidente, Javier Tebas, no ha escondido su satisfacción y ha asegurado que «el fútbol español debe ser global para asegurar su futuro económico y deportivo». Según su visión, jugar en Miami permitirá atraer a nuevos aficionados, incrementar ingresos por televisión y abrir puertas a patrocinadores de un mercado tan potente como el estadounidense.
Los dos equipos que viajarán a Miami se han mostrado encantados con esta idea pionera. El Villarreal, a través de su presidente Fernando Roig, lo calificó como «una gran oportunidad para el club, para la Liga y para todos los que amamos este deporte» y para contrarrestar el malestar que la medida generó entre parte de su afición, anunció un paquete de compensaciones: vuelos y entradas gratuitos para aquellos abonados que quieran desplazarse a Miami y un descuento del 20 % en el abono de la presente temporada para los que no viaje a Miami. Por su parte, el Barcelona también ha aceptado la decisión porque jugar en Miami encaja con la estrategia global del club de fortalecer su marca en mercados estratégicos. Además, al contrario que el Villarreal, contará con el apoyo de la mayoría de los aficionados que estén en las gradas por ser uno de los equipos más reconocidos del planeta.
Pero no todo son aplausos a esta histórica decisión. Desde el primer momento, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) se mostró contraria y los capitanes de varios equipos, reunidos bajo el paraguas del sindicato, han denunciado la falta de diálogo y la ausencia de información clara. Argumentan que se trata de una decisión tomada de espaldas a los principales protagonistas del juego y alertan de los riesgos que implica para la salud y el rendimiento de los futbolistas, más allá de la posible adulteración de trasladar un partido fuera de nuestras fronteras. Un viaje transoceánico en plena temporada, con cambios horarios y exigencias de márketing añadidas, puede afectar a la preparación y al descanso, lo que para los jugadores constituye un elemento clave de su actividad profesional.
Los clubes también han mostrado su resistencia. El Real Madrid fue el primero en reaccionar con un comunicado en el que expresó su «más firme rechazo» a la celebración del partido en Miami porque vulnera el principio de igualdad competitiva, ya que el Villarreal pierde su condición de local en su propio estadio, mientras el Barcelona evita jugar en un feudo siempre complicado como La Cerámica. Para el conjunto blanco se trata de un «atentado contra la integridad de la competición» e instó incluso a FIFA y al Consejo Superior de Deportes a que se replanteen la autorización concedida. Ya en 2019 el presidente blanco, Florentino Pérez, se mostró contrario a la disputa de otro encuentro, también en Miami y con el Villareal como contendiente, en este caso frente al Atlético de Madrid. El Getafe, a través de su presidente Ángel Torres, también se mostró en términos similares, calificando la decisión de «aberración» y advirtiendo de que se abre una peligrosa puerta a la desnaturalización de la liga.
El Gobierno también ha tenido mucho que decir en esto. La ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes de España, Pilar Alegría, reconoció en La Ser que le gustaría que el partido se disputara en España y no termina de entender que un partido de este calibre acabe celebrándose en el extranjero: «Lo que estoy intentando es atraer competiciones internacionales a España. Pues imaginase, sobre competiciones nacionales, dónde me gusta que se juegue. Lógicamente, en nuestro país. Porque además me sirve el mismo motivo. Tenemos grandes ciudades, enormes y grandes estadios y grandes aficiones. Por lo tanto, yo soy partidaria de que las competiciones nacionales se juegue en España». El Consejo Superior de Deportes ha dejado claro que seguirá de cerca el desarrollo del encuentro, consciente de que el precedente puede tener consecuencias de gran alcance para el futuro del deporte español.
Aprobación «a regañadientes»
A todas esas voces vino a sumarse este lunes la UEFA mediante un comunicado en el que, si bien da su autorización a un partido que ha despertado mucha polémica, deja clara su incomodidad con el hecho de que se celebren duelos ligueros fuera de las fronteras a las que está circunscrita una competición determinada.
«La UEFA ha reiterado hoy su clara oposición a que los partidos de liga nacionales se disputen fuera de su país de origen«, comienza el comunicado de la UEFA, que ha sopesado la decisión durante un mes tras aplazarla en la reunión de su Comité Ejecutivo en Tirana el mes pasado »para evaluar el alcance de las implicaciones del asunto, tras las solicitudes que recibió de las asociaciones nacionales de fútbol de España e Italia«, país este último que también ha seguido la línea de la Liga.
«Esa consulta confirmó la falta generalizada de apoyo que ya habían expresado los aficionados, otras ligas, clubes, jugadores e instituciones europeas en torno al concepto de trasladar los partidos de las ligas nacionales al extranjero», incide la UEFA, que, pese a ello, «ha decidido, a regañadientes, aprobar, con carácter excepcional, las dos solicitudes que se le han remitido». El organismo que encabeza Aleksander Ceferin va más allá y subraya que la UEFA «contribuirá activamente a la labor continua de la FIFA para garantizar que las futuras normas preserven la integridad de las competiciones nacionales y la estrecha relación entre los clubes, sus aficionados y las comunidades locales».
Lo que nadie discute es que el partido no será uno más. Tanto en el césped como fuera de él, el Villarreal?Barcelona en Miami marcará un hito en la historia del fútbol español y abrirá un debate que, probablemente, no terminará con el pitido final.