El conjunto culé volverá este fin de semana a su estadio ante el Athletic Club, aunque el recinto tendrá menos del 50 % de los espectadores totales previstos
17 nov 2025 . Actualizado a las 00:16 h.El Barcelona confirmó este lunes que regresará a su estadio, el Camp Nou, el próximo sábado 22 de noviembre para la disputa de su compromiso liguero ante el Athletic Club. El choque, correspondiente a la jornada 13 del campeonato de la regularidad, se jugará ante 45.401 espectadores, que suponen menos del 50 % del aforo total que tendrá el recinto. La noticia llega un año más tarde de la fecha anunciada inicialmente por Joan Laporta, quien aseguró en el 2022 que las obras estarían terminadas en noviembre del 2024.
La entidad azulgrana lo hizo oficial a través de un comunicado en el que informó de la vuelta a su casa. El último partido del cuadro catalán en su estadio fue el 28 de mayo del 2023 ante el Mallorca.
«En cuanto a la Liga de Campeones, se está trabajando conjuntamente con la UEFA para poder disputar el partido contra el Eintracht Frankfurt en el Camp Nou, ya que se cumplen los requisitos necesarios, aunque todavía se está a la espera de recibir la confirmación definitiva», aclaró el club.
El Barcelona organizó el 7 de noviembre en el estadio un entrenamiento del primer equipo y la pasada semana, Joan Sentelles, responsable de las obras, aseguró que «el objetivo es tener todo el campo con 62.000 espectadores antes de que acabe el año». Peo tampoco hay fechas concretas para ese compromiso, que podría demorarse, una vez más.

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Iván Antelo
¿Por qué se jugó en el Johan Cruyff ante el Valencia?
Porque el campo inscrito por el Fútbol Club Barcelona, el Camp Nou, carecía de los permisos necesarios para albergar eventos deportivos, debido a las obras de reforma que se están realizando en el estadio desde hace casi tres años. El club catalán solicitó a la Liga poder utilizar el Johan Cruyff, el escenario donde juega tanto su equipo filial como el femenino; debido a que el Estadio Olímpico de Montjuich, en donde lo hizo las últimas campañas y de titularidad municipal, tampoco estaba disponible al tener programado un concierto para esas fechas.
La Liga aceptó esta petición, a pesar de que el Johan Cruyff no cumple el aforo mínimo exigido para albergar encuentros de Primera División, acogiéndose al artículo 13.10 de los estatutos de LaLiga: «Los estadios deberán contar con un aforo mínimo de 8.000 localidades», pero «la comisión delegada podrá, por circunstancias de índole demográfica, arquitectónica, técnica o histórica del club, aceptar la disminución de dicho aforo mínimo exigido». De ahí que se permitiera jugar en un recinto que no cumple la normativa, sin que el Valencia tuviera opción a oponerse.
¿Cuándo empezaron las obras en el Camp Nou?
En el mes de noviembre del año 2022 comenzaron los trabajos de reforma del estadio con la demolición de la tercera gradería del Gol Sud, coincidiendo con el parón liguero provocado por la disputa del Mundial de Catar. Aun con obras, y la incomodidad que eso supuso para los socios por las limitaciones de aforo, se siguió jugando en el recinto hasta el 28 de mayo del 2023, siendo el Barcelona-Mallorca (3-0) el último duelo disputado allí hasta la fecha. A partir de ese momento, los azulgranas lo hicieron en Montjuich, con un abandono masivo de sus abonados por las molestias que les suponía subir hasta la montaña para presenciar los duelos (apenas 16.151 personas mantuvieron su carné en las dos últimas temporadas en la diáspora).
¿Qué plazos había para el regreso?
En el mes de abril del 2022, cuando se dio luz verde a la reforma del Camp Nou, Laporta se comprometió al regreso del equipo a su estadio en el mes de noviembre del 2024, haciéndolo coincidir con la fecha del 125.º aniversario de la fundación del club. Es decir, ese compromiso con los socios era simplemente hacer el esfuerzo de una sola temporada en la diáspora de Montjuich, para ya volver progresivamente durante la campaña 2024-2025. Hasta la propia Liga se creyó el argumento, al confeccionar su calendario de competición con pocos partidos del Barça como local durante los primeros meses de campeonato y muchos durante la segunda vuelta.

Según se fue acercando esa fecha de noviembre del 2024, el presidente comenzó a filtrar que quizás sería mejor esperar a febrero, ya que la UEFA no permitía a los clubes comenzar la fase de liguilla en un estadio y cambiar en el transcurso de la competición. Una situación —según se decía— que sería perjudicial para los jugadores, al tener que disputar las competiciones nacionales en un recinto y las europeas en otro. Así fue cómo se vendió ese primer retraso, cuando en realidad el Camp Nou estaba lejísimos de estar en condiciones.
Fueron pasando los meses y, según se llegó a enero, ya se habló, primero de marzo y, luego, de jugar algún partido antes de final de temporada. Pero tampoco, así que se pasó a dar el 10 de agosto como fecha totalmente definitiva para la vuelta, en el marco de la presentación de la nueva temporada, con el trofeo Joan Gamper, hasta el punto de que el propio Ayuntamiento ya planificó en Montjuich sin contar con el Barça. Pero fue otra mentira del presidente, como la posterior de que sería para el primer partido de Liga contra el Valencia, el 14 de septiembre, tras conseguir que la Liga les permitiese jugar las tres primeras jornadas a domicilio.
¿Quién está detrás de las obras del Camp Nou?
Joan Laporta dejó la reforma del Camp Nou en las manos de la constructora turca Limak Holding. Su elección generó polémica desde el principio, con críticas en el propio país otomano, por ser una de las cinco sociedades que «fueron recompensadas con trabajos por valor de 174.000 millones de euros en los últimos 18 años» y que «se llevaron el dinero a Inglaterra y a paraísos fiscales». «Os prometo que vamos a devolver todo el dinero a la nación», señalaba Kemal Klçdaroclu, del partido CHP en el diario Turkish Minute.
También durante el desarrollo de la obra generó controversia, con la denuncia de sindicatos contra las decenas de empresas subcontratadas por los turcos, por supuestos abusos contra los trabajadores, entre ellos cinco refugiados palestinos, que manifestaron haber sido despedidos ilegalmente y cobrar por debajo de convenio con jornadas de más de diez horas diarias, según desveló El Periódico.
Limak fue elegida por Laporta porque presentó la mejor oferta económica (960 millones) y los plazos más ventajosos (noviembre del 2024). La realidad es que a día de hoy, se acumula un año de retraso y el sobrecoste apunta a ser abismal. Podría alcanzar ya los 1.200 millones, según apuntó El Mundo Deportivo el pasado septiembre.