La compra de Puleva por Lactalis tiene más frentes abiertos que el de la concentración de la producción o los más sutiles de estrategias del mercado francés frente al español.
El movimiento empresarial en marcha tiene aspectos en el día a día de la comarca de Deza como es el hecho de que estas dos empresas mantienen contratos homologados con cerca de doscientos ganaderos. La situación concede relieve profesional a las dos empresas así como a las cooperativas que consiguieron activar esos contratos.
En el caso de Puleva, esta empresa mantiene los acuerdos con ciento cincuenta ganaderos de la cooperativa Cobideza de Cercio. En el caso de Lactalis los acuerdos lácteos son con cerca de medio centenar de ganaderos de la cooperativa Gandeiros de Deza, de Castro de Cabras, también en Lalín.
En el primer caso los contratos fueron firmados por primera vez a principios de año y por un período de tres meses. En el caso de Lactalis se trata de una nueva prórroga de tres meses tras haber firmado otros dos en julio y en octubre.
En los dos casos los contratos caducan a final de mes y el escenario puede ser distinto en ese momento. Confluye una negociación difícil por ser la de primavera, fecha tradicional de bajada de precio pero que el sector no entiende porque las bajadas hace tiempo que dejaron de ser de temporada para ser permanentes y aún no se recuperaron los precios de la profunda bajada acumulada. También confluye el hecho de que Lactalis está cerrando las tramitaciones legales para ser el titular de Puleva. Todo sera una empresa
Por todas estas razones y por como evolucione la estrategia empresarial de Lactalis existe expectación en el sector.
Sindicalmente se pedía hace unos días a Lactalis que haga como en Francia, que suscriba contratos. Eso ya ocurría en Deza y lo que aguardan los ganaderos es que siga haciéndolo con todos los proveedores.