La fiesta no tiene edad en Gres

Miriam García
M. G. LALÍN/LA VOZ.

DEZA

La Xuntanza dos Maiores de Cruces reunió a 450 personas en la parroquia cruceña y hubo premios para los más longevos

01 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

A la hora de la fiesta, la edad que figura en el carné poco importa. Y así se demostró ayer en la nueva edición de la Xuntanza dos Maiores en Gres. Un total de 450 personas se reunieron para disfrutar de una jornada que incluyó comida de confraternidad, misa y música en el entorno de las islas. Los mayores estuvieron acompañados también por el alcalde, Jesús Otero, la directora Xeral de Xuventude, Coro Piñeiro, y varios ediles. No faltó la de área, Beatriz Iglesias, y también volvieron a estar presentes representantes del BNG,, caso de Xoán Blanco. Desde el PSOE según precisó el regidor en el palco, tras invitarlos, no acudió ninguno de ellos.

Los actos, después de que los primeros acordes musicales sonaran a modo de bienvenida, tuvieron una misa como primer referente. Luego tocó dar cuenta de un menú formado por empanada, pulpo, carne ó caldeiro y postre. Fue con este con el que llegaron las intervenciones de los representantes políticos y también el momento de los agasajos para los de mayor edad. Este año coincidió: ambos premiados nacieron en el año 1915 y, además, ya lo habían recibido el año pasado también. Entre los hombres, fue el vecino de Toiriz, Plácido Gómez Martínez, que acaba de cumplir 95 años este mes de julio el que recibió el homenaje. En el caso de las mujeres, es Carmen Otero Otero, de Merza, que en septiembre alcanzará esa misma edad.

También desde el palco llegó un momento improvisado y que despertó el aplauso de todo el público: la actuación del tenor cruceño, Cesáreo Torres. El alcalde pidió su intervención y este vecino originario de Carbia se ganó a los asistentes. En el momento del baile este año hubo doble opción. Al dúo incluido en el programa del encuentro se le unió el Festival de Bandas organizado por la Unión Musical de Ponteledesma, que desplazó el lugar habitual de su celebración por la coincidencia con la Xuntanza. Así, el público se dividió entre los diversos ritmos.

El susto de la jornada se produjo poco después de las ocho de la tarde, cuando el marcharse, un hombre golpeó accidentalmente a su mujer con el coche cuando lo estaba encendiendo. Las heridas fueron leves.