Salvemos Catasós espera garantizar la seguridad total de Casas Vellas

Rocío Perez Ramos
rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

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El colectivo prepara la celebración de su tercer aniversario con actividades vecinales

15 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Salvemos Catasós está a punto de cumplir su tercer aniversario, una antesala de cumpleaños quye la plataforma lalinense quiere celebrar con un programa de iniciativas y de actividades dirigidos a los vecinos. Fueron tres años de lucha que aun no acabaron.

Antón Blanco, portavoz del colectivo, destacaba ayer el trabajo realizado considerando que se había avanzado mucho pero recordaba que «aínda non temos a garantía de que a líña non vai a pasar nunca por aí e a fraga se vai manter».

Señala que están esperanzados con el ENIL y con los pasos dados de cara a la protección de este espacio y esperan poder conseguir su objetivo, que es garantizar la supervivencia de la fraga tal y como la conocemos. Blanco destaca que «xa conseguimos moito» recordando que antes no había nada y en este tiempo hay un ENIL encima de la mesa de cara a la protección de este espacio natural. Comenta que «nestes momentos, unha vez o Concello resolveu as alegacións presentadas o tema está en máns da Xunta e solo queda a súa resposta».

De todas maneras el colectivo no las tiene todas consigo. Antón Blanco resalta la nueva ley de protección que tiene en marcha la Xunta «e da que non se coñece o cen por cen». Explica que existe la sospecha de que «un punto fala das liñas de alta tensión e que terían prioridade». El colectivo anuncia que va a estar en Santiago el día 22 para participar en una manifestación en contra.

Un largo camino que puso a este espacio en el mapa y ayudó a la concienciación

Entre los logros conseguidos por la plataforma durante estos tres últimos años, Antón Blanco, destaca su contribución a la concienciación ciudadana de la importancia de proteger el medio ambiente. Destaca, sobre todo, la implicación demostrada por los vecinos a favor de esta causa y «agora ninguén pode decir que non sabe onde está Casas Vellas». El colectivo puso a la fraga en el mapa, no solo para muchos lalinenses sino también para gran parte de Galicia.

A lo largo de estos años la plataforma desempeñó una imparable campaña de divulgación y de reivindicación tocando todas las techas. Estuvieron en plenos, movilizaron a escritores y artistas y realizaron todo tipo de acciones, incluida la de encadenarse a los árboles. A estas actividades se sumaron muchas otras de carácter lúdico como caminatas que llevaron a numerosas personas de la comarca y de fuera de ella a la fraga de Casas Vellas que fue escenario de todo tipo de actuaciones, muchas de ellas tremendamente imaginativas.

El colectivo quiere mantener esa línea y de ahí la puesta en marcha de un programa de actividades, dirigidas a la vecindad. Esos vecinos, sin los cuales, explica Antón Blanco, la plataforma «non houbera conseguido nada». De la empresa eléctrica, dicen. «non sabemos nada e mellor non sabelo, por que se non, malo».

Blanco subraya la importancia «de que a xente se conciencie da riqueza do monte» y de la riqueza que crea. El ENIL abrió una brecha en la plataforma y a principios de julio delo año pasado Manuel Taboada que hasta entonces fuera portavoz del colectivo y el propietario, junto con su familia, de la mayor parte de la fraga, se desvinculaba de la plataforma que creó.

La plataforma solicitó a la comisión del rueiro de el nombre de la fraga a una calle

La plataforma Salvamos Catasós solicitó a la comisión del rueiro del Concello de Lalín que la fraga de Casas Vellas tenga un lugar en la toponimia urbana que podría ser una calle o cualquier otro enclave dentro del callejero urbano lalinense.

Una petición que podría servir de revulsivo para volver a activar la comisión del rueiro que lleva un año sin reunirse, mientras que decenas de calles de la localidad continúan llevando como único distintivo una letra del abecedario o un número pese a los años transcurridos desde su creación. Una lista en la que se incluyen numerosas calles muy céntricas, ubicadas en el corazón mismo de la villa y que llevan décadas sin «bautizar».

A principios de julio del año pasado el alcalde de Lalín, Rafael Cuíña, significaba que esperaba tener listo en septiembre de ese año algunos cambios de nombre en el callejeros y apuntaba, en concreto, los de las calles B, D y F. Apuntaba que los tiempos no los marcaban los políticos que estaba en manos de los expertos de la comisión do rueiro apuntando que « teñen os seus tempos e será cando teñan o tema listo» argumentando en este momento que «xa algún me apuntou que os tempos en política nada teñen que verco traballo que están a facer que é tremendamente minucioso».

El problema no es nuevo y la esperas sigue siendo larga. Ya en 2005 la hemeroteca recoge quejas solicitando cambios de calles que se fueron demorando en el tiempo. Al parecer ahora mismo en la comisión no está el PP, con quien el gobierno necesitaría consensuar los cambios.