Pedida de mano en la fiesta por el título del Coreti Rugbi Lalín

DEZA

Adrián Freiría

Rosalía Martínez hincó rodilla con el anillo en la mano para lograr el sí quiero de Judith Álvarez

01 abr 2023 . Actualizado a las 20:22 h.

El título de campeonas de la Primera Territorial de rugbi femenino para el Coreti Lalín quedó eclipsado esta tarde sobre el césped del estadio municipal Manuel Anxo Cortizo. En plena celebración, entre abrazos, risas y lágrimas, de repente las miradas recalaron en una de las bandas. Una de las jugadoras del equipo rojinegro ponía rodilla en tierra y descubría ante su pareja el anillo guardado en una pequeña caja. Lo siguiente casi no hace falta decirlo, puesto que le pidió casarse con ella. Y logró una respuesta positiva no sin que pasasen algunos segundos ante la inesperada sorpresa por ese acto de amor ante decenas y decenas de personas.

Rosalía Martínez, de 21 años y natural de Vilagarcía, fue quien protagonizó esta inusual pedida de mano. Desde poco antes de la pandemia mantiene una relación sentimental con la ourensana Judith Álvarez, de 24 añosla, que se oficializó en marzo del 2021. Ambas viven en Santiago pero Rosi, como le gusta que le llamen, quería dar un paso más desde hace tiempo. Buscaba un momento especial y creyó encontrarlo con la disputa de la final de la competición autonómica de rugbi, que además sería en casa. Y quiso hacerlo a la vieja usanza, "como en las películas", con el anillo de rigor.

Nadie conocía las intenciones de Rosi, que según se acercaba el día del partido asegura que se sentía cada vez más nerviosa. Ni siquiera lo compartió con alguna compañera de equipo para rebajar tensiones, porque consideró que ya tenían suficiente presión con jugar la final como para sumar un elemento más. Apuntaba tras el choque que estuvo más fallona de lo habitual, afirmando que solo se había planteado pedirle la mano a Judith si había título. "Había que ganar sí o sí", comentaba entre risas.

A Judith le costó procesar durante unos segundos lo que estaba ocurriendo a sus pies, con Rosi arrodillada en el campo. "Ahora estoy muy contenta pero en ese momento me preguntaba qué había pasado, si se había lesionado y diciéndome a mí misma, Dios, esto está pasando de verdad", comenta llena de felicidad por toda una sorpresa y un paso más para afianzar su relación. Con el sí quiero les llovieron las felicitaciones de todas sus compañeras del club, esa piña abellona que ha peleado por conseguir el título por segundo año consecutivo y tener opciones de jugar la fase de ascenso. Para ellas, son como sus hermanas.

Pero detrás de esta historia de amor hay otras que llevan a la emoción, porque Judith decidió meterse en el rugbi por su pareja. Ya conocía este deporte de ver a su hermana jugar con el Ourense, pero ella había practicado fútbol sala y natación sincronizada. Nada más lejos, sobre todo el baile en el agua, de un deporte de contacto. Dice que desde el principio fue recibida como una más por sus compañeras, en una experiencia muy positiva y donde le ayudaron al máximo para ir adaptándose al rugbi.

Ambas residen en Santiago donde Rosi trabaja en el gimnasio Spagat, mientras que Judith completó la formación y comenzará en breve a realizar prácticas de panadería y repostería. En su voz se nota lo ilusionadas que están por ese proyecto en común que subirá un peldaño más con su boda. Por ahora no tienen fecha porque toca ahorrar. Quieren celebrarla rodeada de familiares y amigos, no solo una rúbrica oficial sin más. Toca preparar una gran boda abellona, como asegura Judith. Solo queda desearles la mayor de las felicidades.