La pegada dezana en los 30 años del CGAC

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

DEZA

cedida fundacion

Sus salas acogieron exposiciones de Laxeiro, Lamazares, Misha Bies Golas y Álvaro Negro

22 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Deza enarbola con cierto orgullo ser tierra de artistas y músicos. Y sin nos circunscribimos a los primeros, se cumple ese axioma sin margen para la duda. En especial si hablamos de Lalín, cuna de creadores de referencia en el siglo XX y XXI. Su pegada se dejó sentir en múltiples exposiciones nacionales e internacionales, con uno de los últimos hitos en ese Ano Laxeiro 2022. De forma lógica también coparon protagonismo en las salas del Centro Galego da Arte Contemporánea (CGAC) de Santiago, principal faro en la comunidad y que esta de treinta aniversario.

En estas tres décadas de vida y al margen de presencia puntual en muestras colectivas, cuatro de los principales artistas de Deza expusieron en el CGAC. Podemos constatarlo por la presencia de obras representativas de ellos en la exposición abierta por esa efemérides bajo el título Trabajo en equipo. 30 años del CGAC. Una historia posible del CGAC, que puede verse hasta el día 7 de enero en la capital compostelana.

En ese recorrido por las salas podemos deleitarnos con un óleo sobre tela de grandes dimensiones de Laxeiro. A familia do Marquesado da Romea, obra datada en 1978, luce en una pared de la sala principal del museo. Ilustra a la perfección la iconografía y temática que definen al pintor lalinense. Y precisamente José Otero Abeledo fue quien abrió la presencia de artistas de Deza en el CGAC. Lo hizo en 1996 y a lo grande, con su última retrospectiva en vida. Con ella se buscaba uno de los principales objetivos del centro, «amosar o pasado histórico da renovación artística da primeira metade do século XX, contextualizándoo no debate da arte española e internacional». Comisariada por Marina Toba, aquella espectacular exposición reunió obras ejecutadas en 1930 y 1987.

Sin solución de continuidad, tomaba el relevo a Laxeiro en aquel 1996 su discípulo, Antón Lamazares. La muestra Gracias do lugar abrir menos de un mes después de concluir la antológica laxeiriana. En su caso se trató de un proyecto específico para el Dobre Espacio del Centro Galego de Arte Contemporánea, donde presentaba de un modo panteísta la fragmentación de cuadro-paisaje gracias a la absorción de multitud de colores verdes que reflejan la lírica del mundo rural gallego. Toda una serie sobre esa tonalidad y el campo que, por ejemplo, también protagonizaba la pieza de grandes dimensiones que se exhibió de forma temporal en el vestíbulo del castro tecnológico de Lalín con motivo de su inauguración hace una década.

Después de un considerable salto temporal llegamos al 2014, con otro creador multidisciplinar lalinense, Misha Bies Golas. En una de las salas del espacio compostelano presentó 27 Negros. El título no puede ser más explícito, porque son otras tantas piezas de pequeñas dimensiones pintadas por otros tantos autores y con el color negro como punto de partida.

Cerraba ese protagonismo dezano en el CGAC la exposición Y, del también lalinense Álvaro Negro, a caballo entre el 2017 y el 2018. Comisariada por David Barro, formó parte de la programación anual dedicada a artistas gallegos de mediana carretera a modo de revisión, sin considerarse una retrospectiva. Una selección de piezas de gran interés sobre la evolución del artista, del paso del gran formato a piezas más pequeñas. Dos cuelgan estos días en el museo.

La reaparecida obra de Antón que sirvió de estandarte a la celebración

Entre las obras que pueden verse en esta muestra colectiva para conmemorar el 30 aniversario del CGAC figura 2022... ¡Laxeiro!, encargada por la Xunta a Antón Lamazares para conmemorar el año dedicado al pintor lalinense por la Real Academia Galega de Belas Artes. Un óleo sobre tabla que se presentó en Lalín en el arranque de la muestra itinerante dedicada a Laxeiro y que después «desapareció».