La oposición de Silleda tumba por segunda vez la petición del crédito

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

DEZA

miguel souto

Paula Fernández pidió a la secretaria incluir en acta que el voto contrario del BNG, cuando en A Estrada se abstuvo en un préstamo de 3 millones

06 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La única duda radicaba en el posicionamiento del BNG, tras anunciar 24 horas antes su rechazo el PP de Silleda. Pero no hubo giro de guion a pesar de las reiteradas llamadas de la regidora socialista, Paula Fernández, a una reflexión de ambas formaciones antes de votar el crédito puente de 239.683 euros. Por segunda vez la pinza de la oposición impidió al PSOE en minoría este mandato sacar adelante ese préstamo, en esta ocasión recortado desde los más de 630.000 euros de la primera intentona en un reciente pleno extraordinario.

La negativa de PP y BNG a esa suplementación de crédito llevó a la regidora a pedir a la secretaria que se incluyese en el acta que la formación nacionalista sí se abstuvo en A Estrada, a pesar de no requerir el gobierno ese balón de oxígeno al gobernar allí los populares en mayoría, cuando el préstamo a pedir para afrontar pagos ascendía a más de 3 millones de euros. Los argumentos esgrimidos por Fernández no convencieron a la oposición, que acusó a los socialistas de gastar en el 2023 lo que no tenían por ser año electoral.

El debate de este punto comenzó con la regidora incidiendo en que ese crédito de 239.683 euros corresponden a la cofinanciación de las obras de humanización ya en marcha de la plaza de A Bandeira y su entorno. Rebatió los dos argumentos esgrimidos por la oposición en el anterior pleno, al no haber garantías de cobrar la subvención de los trabajos en la calle Progreso, subvención cuyo abono ya está refrendado, y por otra parte que no puede incluirse esa cuantía este año al proceder de ejercicios anteriores y sí figurará en los remanentes del 2025.

Ayudas millonarias sin cobrar

Fernández argumentó que se abrían dos vías. Por un lado dar luz verde ese a mecanismo de préstamo para suplementar el presupuesto de este año y, por otro, como al fin ocurrió, tumbar esa vía. Supondrá, dijo la alcaldesa, reducir partidas en bacheos, cofinanciación de nuevas subvenciones a no ser que se complementen con ayudas de la Diputación o la imposibilidad de incrementar plantilla en el SAF para reducir la lista de espera de las personas en grado tres. Defendió que el Concello tiene músculo financiero pero hay 2,2 millones de euros sin cobrar en el 2023 de otras Administraciones.

Tras esa primera intervención de la alcaldesa, el portavoz del PP, Ignacio Maril, cuestionó que no se hubiesen justificado antes las obras de la calle Progreso para haber percibido la ayuda el pasado año y evitar la situación actual. Achacó ese retraso a la nefasta gestión del proyecto por el gobierno local, sin presionar a la adjudicataria para cumplir plazos. Maril cuestionó que no se elaborasen presupuestos para el 2024 en una situación estructural «que non se da mantida». Por su parte, la portavoz nacionalista, Erea Rey, preguntaba si el Concello necesitaba o no ese dinero tras haber alardeado el gobierno local de la buena situación económica. Criticó el encuentro de la regidora con vecinos tras el rechazo en el pleno anterior al crédito, argumentando que «votou toda a culpa ao BNG por non facerse a obra dos Camiños Escolares» y, después, cambiar para decir que no hacía falta ese crédito.

Rey se vanaglorió de haber ahorrado dinero a los vecinos y achacó a la mala gestión del gobierno que ahora plantease un préstamo más reducido pero sin aclarar plazos de amortización, si tenía carencia o los intereses a abonar, pidiendo «un cheque en branco». Además planteó que si había dinero cuando se licitó la obra de A Bandeira a dónde fue, cuestionando que se gastase en el 2023 más de lo que se podía.

En el primer turno de réplica, Fernández reiteró los retrasos en los pagos de Xunta, Gobierno central y Diputación, además de costes impropios para el Concello. Defendió que Silleda «ten liquidez para pagar cinco veces a obra da Bandeira, pero non orzamento». Desglosó las cuantías en bancos, con 1,26 millones de euros. Aseguró que en cuanto se liquidase el presupuesto del 2024 con los remanentes previstos se amortizaría el crédito, pero sin esa vía habrá ajustes en servicios y recursos para los vecinos. Fue más allá y afirmó que sin tener que asumir costes del SAF que corresponderían a la Xunta, «o lixo sería gratis para todos os veciños».

Maril insistió en su segundo turno en la incapacidad de elaborar el presupuesto y de consumir los remanentes el pasado año sin control, aduciendo ahora que deberán retirar obras y servicios. Rey también se preguntó dónde están esos 239.000 euros de remanentes cuando en la liquidación solo figuran 71.000, insistiendo en que el crédito se pide para pagar una obra no para evitar recortes de servicios, acusando a la alcaldesa de buscar amedrentar y recurrir a la demagogia para tapar su mala gestión.

Antes del rechazo final de la oposición, Fernández insistió en que tenían un problema de ingresos, no de gastos, por esas ayudas sin recibir citando exprofeso los 1,5 millones pendientes de la Diputación. Y se mostró dispuesta a sumir la mala gestión «e o que queirades» en busca de «dar saída deste golpe». Pero no logró un cambio de postura.

Abstención para el pago de facturas por 150.000 euros y una modificación

En un pleno donde primó el debate económico, antes del punto más trascendental donde la oposición no se movió de su posición inicial, ambos partidos sí se abstuvieron en otras cuestiones como el reconocimiento extrajudicial de crédito. En este caso para abonar facturas por 150.054 euros distribuidas en tres lotes según sus características, no sin debate sobre algunas de ellas y aduciendo en algún caso que si se hubiesen abonado en el 2023 la liquidación de ese ejercicio hubiera sido negativa, en vez de figurar 71.000 euros. Y se abstuvieron para una modificación de créditos de 54.143 euros para amortizar créditos y pago de intereses, a coger de esos remanentes que ya quedarán a cero, cuando era de 1,6 millones en el 2020.