Los agricultores de la zona recibieron 115.000 euros por ataques de jabalíes

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

DEZA

cedida

Las mayores superficies dañadas por estos animales se ubicaron a Rodeiro y Lalín en el 2023, con un total de 555.986 hectáreas en las dos comarcas

19 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Deza atesora una amplia extensión geográfica, con el sector primario como uno de sus principales motores económicos. La ganadería y la agricultura por tanto copan buena parte de ese amplio territorio. Un caldo de cultivo muy atractivo para el asalto de los jabalíes, que año tras año causan de forma casi sistémica daños en maizales, praderías,... acercándose incluso cada vez más a los cascos urbanos o campando por ellos, como se han vivido ejemplos en los últimos tiempos, con estos animales dañando desde campos de fútbol a zonas verdes.

Al margen de esas incursiones esporádicas en las «ciudades», los destrozos realmente relevantes son los que traen en jaque cada campaña a los agricultores. Dejan cuantiosos daños y pérdidas económicas en parroquias de todo el rural de Deza principalmente, pero también de Tabeirós-Terra de Montes. Un informe de la Consellería de Medio Ambiente revela desde los metros cuadrados afectados por los jabalíes en las dos comarcas, así como el número de avistamientos realizados y las ayudas que desde este departamento autonómico se otorgaron en la línea de ayudas del 2023 para paliar esos perjuicios de estos bichos de cuatro patas.

El análisis de ese documento permite constatar que en la provincia pontevedresa la mayor parte de los avistamientos y superficie afectada por el jabalí se produce en las dos comarcas. Si elaboramos un ránking por municipios en cuanto a metros cuadrados de superficie dañada, en la primera posición se encuentra Rodeiro con ni más ni menos que 149.585, seguido de otro concello de la zona, Lalín, con 136.380, completando el podio provincial de nuevo un municipio de aquí, Cerdedo-Cotobade, con 78.699. Pero en cuarta posición está Silleda con 75.437 hectáreas y hay que ir a la quinta para ver un concello ajeno a las comarcas, A Lama, con 68.975.

Respecto al resto de municipios de la zona al margen de Rodeiro, Lalín, Cerdedo-Cotobade y Silleda, destacan también los 46.530 metros cuadrados de superficie afectada en Forcarei, con 38.600 en Dozón y 21.055 en Agolada. Completan el listado los 20.965 metros en A Estrada y, por último, tan solo 10.700 en Vila de Cruces.

Los productores que sufrieron daños en sus cultivos y cursaron la correspondiente solicitud de ayudas a la Xunta fueron en la zona un total de 257, que supone más del 10 % de las cursadas en toda la provincia pontevedresa, donde fueron 2.350. El mayor número de esas peticiones se tramitaron por parte de agricultores de Cerdedo-Cotobade con medio centenar, mientras la cifra en A Estrada se situó en 47. A continuación figura en el listado Silleda con 44, seguida muy de cerca por Lalín con 43. En Rodeiro el número se situó en 35, con 15 en Forcarei, 12 en Agolada y tan solo cuatro en Vila de Cruces.

Indemnizaciones otorgadas

El informe de Medio Ambiente recoge por último datos económicos, con las cuantías que se entregaron en concepto de ayudas a los agricultores tras confirmarse que los daños en sus cultivos fueron realizados por jabalíes. De nuevo Rodeiro, como ya ocurría con la superficie afectada, lidera el dinero destinado por el departamento autonómico en la zona con 32.776 euros, mientras que en segundo lugar están los 23.369 en Lalín. En Silleda esas aportaciones sumaron 17.012 euros y 13.277 en Cerdedo-Cotobade.

Ya por debajo de los cinco dígitos figuran el resto de municipios de las dos comarcas. En Dozón el dinero en ayudas sumó 8.337 euros, por los 7.521 de Forcarei. En el caso de Agolada son 5.662 euros, mientras que en A Estrada se quedaron en 3.891 y, de nuevo, como en avistamientos y superficie perjudica, cierra el ránking Vila de Cruces, donde tan solo se entregaron 3.053 euros a agricultores afectados.

Batidas de las sociedades de caza como fórmula para reducir su presencia

Las batidas por parte de las sociedades de caza, o la propia captura de jabalíes durante la temporada por las cuadrillas que operan en la comarcas, buscan reducir la presencia de este animal en los montes. Desde la Xunta suelen autorizarse durante el año varias de esas batidas cuando se detecta proliferación de ejemplares en algún punto concreto. De esa forma se intenta paliar el posible daño que puedan causar en cultivos cuando buscan alimento.

Pero no solo los agricultores figuran entre los damnificados por la presencia del jabalí, puesto que tiene protagonismo especial en los accidentes de tráfico. A estos animales se les achacaron el pasado año alrededor de 150 siniestros en carreteras de la zona, según un informe de la Dirección General de Tráfico. Seis de cada diez sucesos con animales tienen su nombre.