
El 16 de junio de 1985 el conjunto dezano lograba su primer ascenso a Segunda División B tras proclamarse campeón de Tercera y eliminar al Siero asturiano y al Lloret catalán en la promoción
03 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.«El Lalín hizo realidad uno de los grandes milagros del fútbol español». Así celebraba La Voz de Galicia en una de sus páginas de la edición del martes 18 de junio de 1985 el ascenso a Segunda División B del equipo dezano, que tan solo once años antes daba sus primeros pasos como club de fútbol en la modesta Liga de la Montaña. El periodista José Luis Adrio Poza analizaba al detalle una de las grandes gestas en la historia del fútbol gallego. Líneas de grato recuerdo para la afición rojilla, que aún celebraría otros tres ascensos más a la categoría de bronce, aunque nunca tan especiales como el primero.
Este mes se cumplen 40 años de una temporada memorable en el Manuel Anxo Cortizo. El Lalín se proclamó campeón de Tercera con 24 victorias en 38 partidos, solo 5 derrotas, 23 goles en contra y 58 a favor. En la fase de ascenso se toparía en primera ronda con el Siero de Asturias, al que derrotaron por 3-2 en el global. El ascenso se consumó el 16 de junio, un domingo en el que los rojinegros remontaron el 2-0 del partido de ida ante el campeón del grupo catalán, el Lloret. El 3-0 provocó un estallido de euforia en Lalín, cuyos vecinos se frotaban los ojos para comprobar si lo que estaban viviendo era real.
Un éxito que se intuía
«Todo un milagro deportivo que ahora mismo muchos aficionados no acaban de comprender, ni asimilar, puesto que fue tan rápido el cambio que no ha dado tiempo material a la aclimatación en las diferentes divisiones por las que necesariamente tuvo que pasar», contaba Adrio Poza. El periodista advertía de las pocas opciones que los «entendidos y técnicos» daban al club dezano a pesar de su gran papel en la liga regular. «Era imposible que un equipo modesto, representante de una villa pontevedresa poco conocida en el ámbito deportivo, pudiese realizar proeza semejante, dejando a un lado a conjuntos gallegos con un mayor historial», comentaba de forma irónica.
Sin embargo, «cualquier aficionado que siguiese la trayectoria del equipo, pudo fácilmente darse cuenta que lo que, en un principio parecía solamente factor suerte, se iba convirtiendo en algo serio y concreto».
De hecho, incidía en que la presencia del CD Lalín en la categoría de bronce «no es fruto de la casualidad, suerte o ayuda arbitral, sino a un trabajo bien hecho y perfectamente planificado».
Un nuevo graderío
La crónica del ascenso contaba con un protagonista, el alcalde de Lalín José Cuíña Crespo. «Es un hito en la historia de Lalín, no solo deportiva sino también de todos los vecinos», declaraba el regidor al periodista de La Voz. Todavía sobre el césped del Cortizo, el regidor confirmaba el encargo de un proyecto para construir una nueva grada frente a tribuna. «No dudamos que el estadio municipal recibirá el impulso que todos deseamos», expresaba Cuíña, quien además avanzaba la mejora del terreno de juego «para que vuelva a ser uno de los mejores de Galicia».
Sobre la supervivencia del Lalín, el alcalde manifestaba su máxima confianza. «Es un club que tiene incidencia en una comarca formada por seis ayuntamientos, con una población que supera las 60.000 personas, en donde hay afición al deporte y al fútbol en particular. Creo que puede mantenerse perfectamente y mucho más si tiene el apoyo incondicional de toda la afición», señalaba José Cuíña Crespo, quien concluía su conversación con Adrio Poza mostrando su orgullo por «un hito en la historia de la villa y la comarca».
De gira por Caracas
Antes de jugar la vuelta del partido ante el Siero, el CD Lalín anunció una gira por Venezuela en un viaje organizado por la Hermandad Gallega y los Hijos del Partido de Lalín en Caracas. Una travesía que supondría el debut internacional del equipo, disputando tres encuentros en la capital venezolana. Antes de cruzar el charco, ahora como flamante equipo de Segunda B, su presidente, Nicolas González Aller, trasladaba a José Luis Adrio Poza su enorme satisfacción por el salto de categoría.
«El ascenso supone culminar todas las aspiraciones, los trabajos y por qué no decirlo, los sufrimientos de una temporada. Haber conseguido este ascenso creo que significa un paso decisivo para el fútbol no solo de Lalín, sino de la comarca y la provincia», decía.
Cuatro décadas más tarde la situación es diferente, con el equipo peleando por ascender a Tercera. De hecho, ni siquiera existe ya la Segunda B. Las opciones de repetir un éxito semejante parecen remotas, pero tal y como demuestra la hemeroteca, si hay un equipo capaz de dar semejante salto, ese es el CD Lalín.