El BNG pide la cesión del edificio de la Sareb a la Xunta para pisos de alquiler

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

Rocío Ramos

La formación lalinense se reúne hoy con los vecinos de Álvaro Cunqueiro

12 jul 2025 . Actualizado a las 12:02 h.

El BNG de Lalín aboga por la cesión por parte de la Sareb a la Xunta del edificio inacabado ubicado en la rúa Álvaro Cunqueiro a fin de que la administración autonómica lo remate y lo destine a pisos de alquiler para hacer frente a las carencias existentes en la localidad y que, los nacionalistas consideran vitales, para asentar población e impedir que se vaya gente por no tener donde vivir poniendo en riesgo el mantenimiento del padrón por encima de los 20.000 habitantes. Hoy, a las 18.00 horas, tienen prevista una reunión con los vecinos de la zona para recoger sus demandas.

El portavoz municipal de la formación nacionalista, Paco Vilariño, recordaba ayer que el BNG lleva mucho tiempo pidiendo que se actúe en esta zona y se solucionen los problemas. Una de las demandas, recuerdan, fue la petición al Concello ya en el 2023 de que «acataran a sentencia» en relación con el derribo de un muro existente en la urbanización para acabar con los problemas de filtraciones. El Concello rechazó en junta de gobierno del 28 de abril del 2023 las alegaciones de los vecinos, aprobando definitivamente el proyecto de urbanización modificado y acordaba la presentación de un incidente de no ejecución en los propios términos de la sentencia. El fallo judicial obligaba al Concello a derribar el muro pero, apunta, «ademais de non facelo, modificou o proxecto». El acuerdo de la junta de gobierno, apunta, fue recurrido por los vecinos y sigue pendiente de resolución judicial. Los nacionalistas explican que en junio del 2023 pidieron al Concello que retirara ese recurso.

Una parte privada

Vilariño salió al paso de algunas de las afirmaciones realizadas por el alcalde en relación a la situación de esta zona y, especialmente, en lo relativo al inmueble que quedó inacabado y que está okupado. Acusa al gobierno local de estar desinformado alegando que la Sareb no tiene el total de la propiedad sino «algo máis do 90 %». Otra parte, dice, «era de Aliseda, que é do Santander, e é a antiga carteira danada do Banco Popular e vendeu a súa parte a varios propietarios».

A la formación nacionalista, apunta Vilariño, les consta uno que compró dos locales comerciales. Uno de ellos, es, dice, el que está okupado y que no es propiedad por tanto, afirma, de la Sareb, además de seis garajes. Señalan que «coas xestións que fixemos con ese propietario que lle mercou a Aliseda, o cominamos a presentar denuncia por okupación que fai facer na vindeira semana sen falta».

Promesa del muro

Ven con sorpresa, dicen, por las declaraciones del gobierno y de alguna otra fuerza política «que o problema comezou agora». Relatan que el 6 de mayo del 2023 el BNG pedía ya al gobierno «que acatara a sentencia para amañar o muro e acabar coas filtracións» y acusa a este de haberle prometido a los vecinos arreglar el problema y que «prefira defender os intereses dunha familia fronte aos de 45 familias que viven neste bloque».

En cuanto a la caducidad de la licencia, Vilariño, recuerda su moción presentada en diciembre pidiendo que se dieran por caducadas las licencias de los edificios de la Sareb que contó con el voto en contra del PP y que el pasado 7 de mayo «metimos por Rexistro unha petición de aplicación da lei para caducar dita licenza» y este escrito, apunta, «non tivo ningún tipo de resposta nin de actuación».

El BNG afirma que la caducidad no implica derruirlo. Consideran la caducidad una herramienta para obligar a la Sareb a actuar en el inmueble. Una vez caducada, se pediría una licencia nueva, pero el problema sería el cambio de las normas que exige estancias más amplias, más luminosidad, mayores medidas de accesibilidad... con lo que implicaría una reducción en el número de viviendas proyectadas.

Para el BNG la Sareb, que se declara con un fin social y que depende, indican, del Ministerio de Economía, actúa como entidad especuladora. Se quejan de que todos los bienes que absorbió «sacounos ao mercado dun xeito totalmente especulativo, xogando a encarecer o mercado para que adquira un maior prezo. E para nós é inasumible que o alcalde diga que se alegra que un deses edificios os mercara unha empresa para que os venda e nos non nos alegramos que se especule cos bens públicos».

Modificado en la urbanización de la zona y 150.000 euros, el coste del posible derribo

Vilariño señala que dado que los técnicos avalan que la estructura del edificio inacabado no tiene ningún problema piden que «de xeito inmediato, se ceda á Xunta, para non que se poñan en réxime de venda para sacar unha plusvalía, senón que se remate a edificación e se poñan en réxime de aluguer, porque é una necesidade urxente».

En relación al vial situado delante del edificio, Vilariño asegura que «é totalmente falso que teñan que agardar para abrir este vial ao remate da edificación. É unha completa falacia». Explica que «este goberno leva anos tentando modificar o proxecto de urbanización que aínda o teñen en trámite». La modificación, indica, «o que buscou en todo momento foi favorecer a unha familia fronte ao interese xeral e o dos veciños de Lalín como é abrir unha rúa na que non haxa un problema de seguridade». Busca, dice, «abaratar custes eliminando ou modificando elementos da urbanización previstas na actual proxecto». Concreta que quieren «suprimir a construcción dunha rotonda no entronque da rúa Álvaro Cunqueiro coa rúa do Rodo, a modificación do enlace da rúa Álvaro Cunqueiro coa Ronda Leste para evitar a voladura ou retirada dunha gran roca que ten un custe moi elevado; supresión de sendeiros peonís, escaleiras e dalgún outro elemento previsto que ía ser parque público ao sur da rúa Álvaro Cunqueiro». Estos cambios, dice, «favorece á familia que está obrigada a urbanizar este viario e están favorecendo que isto non se produza».

Los nacionalistas discreparon con las afirmaciones del alcalde, José Crespo que cifraba en un millón de euros el coste de la demolición del edificio. Vilariño dice que hicieron la consulta a técnicos y si el material machacado de la obra se aprovecha para el relleno del huevo costaría, dicen, 150.000 euros y 100.000 euros más si hubiera que reciclar el material y llevarlo a una planta, algo que, dicen, sería innecesario.