
El profesor acuñó en el Recreo Cultural la mítica frase «Al líquido elemento»
15 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El día de ayer, aunque en Pontevedra estábamos de fiesta, fue un día triste, mejor dicho, un día muy triste, pues fallecía una figura señera y admirada en el ámbito de la enseñanza y el deporte de nuestra ciudad: el querido José Vilas Simal, por lo que los pontevedreses estamos de luto.
No me va a resulta nada fácil, en unas pocas líneas, resumir la poliédrica personalidad de nuestro maestro Vilas, ni expresar toda la admiración y el agradecimiento que le profesamos muchos de los que lo consideramos uno de los mejores profesores de Educación Física y un pionero del voleibol en Pontevedra, junto con otro ilustre pontevedrés como fue Olimpio Liste.
Conocí a José Vilas Simal en el año 1975 y tuve la suerte de coincidir con él en tres etapas distintas de mi vida: La primera, fue en los cursos de natación de verano en el Liceo Casino, junto a otro magnífico profesor, Ricardo.
La segunda, fue en el CITD (Centro de Iniciación Técnico Deportivo), que era un grupo de veinte niños de esta ciudad que se nos conocía más por los «Supermanes» que por el CITD. Allí él era el profesor de voleibol. Recuerdo que, cuando el Consejo Superior de Deportes montó el CITD en esta ciudad, eligió a los mejores profesores del momento de cada especialidad deportiva: Telesforo en atletismo, Chachi en baloncesto, Coego en educación física de base y Vilas en voleibol.
Y la tercera, fue unos cuantos años después en el Colegio Sagrado Corazón, donde ambos éramos los profesores de Educación Física y organizábamos unos festivales deportivos de fin de curso que ya quisieran igualar en las fiestas de muchos ayuntamientos limítrofes.
La importancia del profesor Vilas en el deporte en Pontevedra no se resume a su extenso y brillante currículo, sino en la inspiración que él supuso a cientos de pontevedreses, pues este hombre ha sabido con generosidad y ejemplo difundir todos los valores del deporte, despertando pasión por la educación física, el voleibol, el bádminton, la caza, etc., enseñándonos que el título más valioso que se puede alcanzar en la vida es el de ser «buena persona». Un título que no concede ninguna universidad, sino que lo otorgan únicamente los valores que él nos inculcó.
En A Estrada, también dejó huella. Fue profesor de natación en el Recreo Cultural junto a Ricardo Bugallo, allá por los años ochenta. Muchos de sus cursillistas todavía lo recuerdan con cariño, pronunciando decidido la mítica frase «Al líquido elemento» para invitarles a echarse a la piscina.
Educador irrepetible
El profesor Vilas perteneció a una generación de educadores irrepetible que nos enseñó a «amar lo que hacemos», a esa genial estirpe de profesores preocupados por enseñar y transmitir sus conocimientos. Su labor docente y pasión por el deporte quedarán refrendados en el poso que dejó en todos los que hemos tenido el lujo y el privilegio de ser sus alumnos.
Gracias, Profesor Vilas, por tu generosidad, por tu buen hacer, por tu profesionalidad y, sobre todo, por tu calidad humana. Todos los que te conocimos damos fe que has cumpliste con creces tu labor de entrenador, de profesor y de buena persona. Hoy, en el cielo, si están de fiesta, porque les ha llegado un grande.