La institución otorga una mención especial en la categoría de intervenciones en espacios exterior a la ampliación de A Romea
01 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La Fundación Juana de Vega entregaba ayer sus premios a las intervenciones en espacios exteriores correspondientes a la convocatoria del 2025. En esta edición el máximo galardón recayó en la mejora e integración paisajística de las entradas de los Caminos de Santiago en Compostela, en el ámbito del nodo de Concheiros con la Avenida de Lugo. Pero el jurado acordó además otorgar tres menciones especiales y dos accésit.
Una de las menciones especiales recayó en el proyecto de la Fraga do Alén, consistente en la ampliación del cementerio de A Romea en Lalín. Sus autores fueron Martín Toimil, de la empresa LaND30, y Abel Mato, de Promove Arquitectura, en una actuación promovida por el Concello lalinense y cuya ejecución se financió a través de los fondos del plan Reacpon de la Diputación de Pontevedra.
Desde el jurado justificaban su decisión de reconocer este proyecto por «la singularidad, apuesta y delicadeza en la ampliación y transformación de un cementerio tradicional». Incidieron en que se trató de «un ejemplo positivo de cómo se puede ampliar el uso social e integrar ambientalmente un espacio con un uso muy específico como este». La Fraga do Alén, resaltaron, «disuelve los límites del cementerio, mezclando arquitectura y bosque, creando un paisaje donde memoria, naturaleza y vida se juntan».
La Fraga do Alén permitió ampliar el colmatado cementerio municipal de A Romea, creciendo con 32.000 metros cuadrados más. Supone un espacio abierto en el que el bosque se introduce en el camposanto, en una fusión con el paisaje que lo envuelve para generar un lugar único. Al espacio primigenio, desde el antiguo eje en cruz, se añadió una red de senderos orgánicos que recorren espacios de contemplación.
Los nuevos nichos modulares planeados se disponen de forma discontinua y se integran en la vegetación existente. Ahora se cuenta con una doble entrada al camposanto, la tradicional frente a la capilla restaurada, y otra naturalizada que comunica de forma directa con el bosque. En el recorrido surgen espacios que enriquecen la experiencia, como un área infantil o un lago-escenario. La sostenibilidad también fue pieza clave en el diseño de esta actuación, minimizando las intervenciones, empleando vegetación autóctona o pavimentos drenantes y caminos adaptados a la tipografía. Los paneles fotovoltaicos en las cubiertas de los antiguos nichos permiten la autosuficiencia energética.
Las otras dos menciones especiales de estos premios recayeron en la humanización de San Pedro de Leirado, en Quintela de Leirado (Ourense) y en la recuperación ecosocial en el patio escolar del CEIP Marquesa do Pazo da Mercé de As Neves. Mientras, los accésit fueron para el jardín de polinizadores Fernando Fueyo, en Negueira de Muñiz, y para el Espacio Rosalía Mera en el municipio de Oleiros.