En tiempos de otoño las castañas capitanean junto a las setas, entre otros productos, lo que nos ofrece el campo en forma de riqueza gastronómica. Y la exaltación de ese fruto genera un sinfín de magostos transformados en muchas ocasiones en comidas o cenas donde son la excusa para el buen yantar y el encuentro. Como el que ayer se vivía en una nave del polígono de Dozón donde trescientas personas se sumaron a la invitación del Concello a todos los empadronados para disfrutar de un magosto con actuación musical. Tampoco faltó anoche en el local social de Lalín de Arriba, con Os Dezas de Moneixas y el dúo Dilema además del cuentacuentos Celso Fernández Sanmartín. Todo ello además de degustar una cena con tortilla, torreznos, empanada, chorizos y, claro, castañas. foto cedida/Miguel souto