El forcaricense Rafael Fiestras, que lleva 15 años jugando al dominó profesionalmente, ha puesto en jaque a la alcaldesa de Forcarei, Verónica Pichel.
Natural del lugar de A Cruz, en la parroquia de Aciveiro, Rafael Fiestras creció viendo jugar al dominó en la taberna de su familia. Con solo los quince años se enganchó a las baldosas y, con el tiempo, llegó a presidir el Club Dominó Forcarei con el sueño de convertir su pasión en deporte.
En el dominó tiene más que demostrada su valía y en el ajedrez de la política acaba de debutar con un jaque a la alcaldesa.
Rafael Fiestras, que desde hace cuatro año regenta la granja avícola Terreblanca, fichó en las pasadas elecciones municipales por el PSOE. Era el segundo intento que la candidata, Verónica Pichel, hacía de llevarle en su candidatura. En el 2019 no consiguió convencerle, pero en el 2023 Rafael Fiestras aceptó encantado el segundo puesto. Con una sola condición: no se afiliaría al PSOE, sino que respaldaría el proyecto de Pichel como independiente.
El día de su presentación como candidato, Fiestras dijo: «Confío en Verónica Pichel. Aí está o seu traballo destes anos e eu axudarei en todo o que poida para que o Concello de Forcarei siga medrando e para que a vila siga crecendo en actividade».
El PSOE iba a por la mayoría absoluta. No la consiguió, pero logró pactar con el BNG la que fue la primera coalición de gobierno progresista de la historia de Forcarei. Después de cuatro años de gobierno en minoría, Pichel tenía al fin la oportunidad de ganar fuerza para sacar adelante sus propios presupuestos —Forcarei opera todavía con las cuentas del 2019 prorrogadas— y para dar forma sin trabas a su proyecto de gobierno.
Sin embargo, el entendimiento del nuevo gobierno no duró ni los 100 días de prueba. Las tensiones derivadas de la negociación del pacto con el BNG y el reparto de funciones y sueldos generaron un enfrentamiento entre la alcaldesa y su número 2 que este viernes estalló públicamente con el anuncio de su expulsión del grupo de gobierno.
Esa expulsión que Fiestras conoció por la prensa todavía no se ha formalizado. De hecho, Fiestras acudió ayer a la reunión de la junta de gobierno local a la que había sido convocado el viernes. Para formalizar su expulsión, quedan por firmar la resolución de la alcaldía destituyéndole como miembro de la junta de gobierno y tercer teniente alcalde y el visto bueno del PSOE en Madrid. No obstante, todo parece indicar que no hay vuelta atrás y que la expulsión —motivada por el voto en contra de Fiestras a las dedicaciones de la número 3 del PSOE y del edil del BNG— solo es cuestión de tiempo.
Con Fiestras fuera, Pichel lo lo va a tener aún más difícil que la legislatura pasada. Entonces gobernaba en minoría, pero con un sólido apoyo del BNG en muchos temas. Ahora volverá a gobernar en minoría, pero con el BNG en casa y con un independiente fuera que ha demostrado que no se pliega a los intereses de Pichel ni a los de su frágil coalición de gobierno.