«Al principio cuando los llamábamos pensaban que los íbamos a estafar»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral REDACCIÓN / LA VOZ

FORCAREI

Ruth Juncal Fariña y Raquel Barreiro Ramos, enfermeras del equipo de atención domiciliaria de Terra de Montes-Campo Lameiro, saliendo del centro de salud de Tenorio
Ruth Juncal Fariña y Raquel Barreiro Ramos, enfermeras del equipo de atención domiciliaria de Terra de Montes-Campo Lameiro, saliendo del centro de salud de Tenorio Ramón Leiro

Las enfermeras rurales Ruth y Raquel repasan el primer año del servicio

14 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En enero del 2023 se ponían en marcha en Galicia los llamados equipos de soporte de atención domiciliaria (ESAD). En el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés funcionaron durante los doce meses de contrato, sufragados por la Xunta con fondos europeos, cuatro unidades, cada una formada por dos enfermeras. El servicio, enfocado a zonas rurales, continuará al menos seis meses más ahora con financiación del Sergas. Si cuando arrancó fueron las profesionales Sonia García Buceta y Blanca Luaces Ibáñez, del equipo 2 (con base en Arcade), quienes contaron cómo era esa atención en las casas de los pacientes, ahora son sus compañeras Ruth Juncal Fariña y Raquel Barreiro Ramos, del equipo 1 (con base en Forcarei), quienes hacen balance.

La cita con ellas es en el centro de salud de Tenorio, en Cerdedo-Cotobade, en una fría mañana de viernes en la que el termómetro marca 2 grados y todo está helado alrededor. En el exterior está el Volkswagen Polo rotulado que emplean para los desplazamientos. Ambas enfermeras son eventuales en el Sergas. Ruth, de Pontevedra y de 37 años, relata que le apetecía un cambio y que se animó a probar. «Me gusta el contacto con el paciente, yo venía de geriatría y me apetecía la idea de poder aportar algo», dice. En el caso de Raquel, de 32 y natural de Forcarei aunque reside en Vilagarcía, le llamaba la atención la asistencia domiciliaria y que se tratara de un proyecto nuevo.

Durante el pasado año hicieron 2.451 visitas en sus casas a usuarios de los ambulatorios de Forcarei, Cerdedo, Cotobade, Campo Lameiro, Soutelo de Montes, Carballedo y Tenorio. Confiesan que en la recta final del 2023 tenían muchas dudas acerca de que el servicio pudiera continuar, por lo que están contentas porque creen que se ha demostrado que la atención domiciliaria en el rural es necesaria y puede aportar mucho.

Recuerdan cómo fueron los comienzos. «Uno de los problemas al principio cuando los llamábamos para concertar la cita era que pensaban que los íbamos a estafar. Así que decidimos llamar al centro de salud para que fueran los enfermeros de cada consultorio los que los avisaran», comenta Raquel. Aunque inicialmente el cometido de las conocidas como enfermeras rurales era hacer valoraciones geriátricas e identificar necesidades para, de ser necesario, derivar a otras unidades, sus funciones se han ido ampliando. «También sacamos carga de trabajo a los centros de salud con analíticas, curas, controles de sintrom y educación sanitaria. Muchos son enfermos crónicos que llevan mucho tiempo en esa situación y el domicilio da mucha información. También hablamos con los familiares y cuidadores sobre sus necesidades y dudas», explica Ruth. A veces toca hacer más de psicóloga con pacientes que tienen una enfermedad que no tiene cura, como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). «En ese caso son visitas de cortesía para hablar e intentar calmar la ansiedad. Otras veces hacemos de intermediarios para gestiones con otros servicios del hospital».

Un buen tándem

Recalcan que no solo ven a pacientes inmovilizados, también a usuarios mayores que viven solos pero que son independientes. En esos casos también están en contacto con los servicios sociales de los ayuntamientos. Asumieron, asimismo, la vacunación de la gripe y el covid y van a hacer valoraciones en la nueva residencia de Cerdedo. Creen que los equipos de atención domiciliaria todavía no son muy conocidos: «Tenemos que hacernos nuestro sitio». Ruth y Raquel coinciden en que forman un equipo «muy bueno» que se entiende con la mirada: «Aunque vayamos una en turno de mañana y otra de tarde y no juntas, esto es un trabajo de dos, no es una competición. Creo que es una de nuestras fortalezas».

Subrayan la buena acogida que recibieron en los siete centros de salud de su ámbito geográfico. «Tienen en cuenta nuestro criterio y nos facilitan pacientes al estar todos integrados». La unidad está ubicada en el centro de salud de Forcarei, pero por cuestión de operatividad el coche lo tienen en el de Tenorio.

Decenas de anécdotas: desde perderse en Campo Lameiro a salir con miel o huevos

Los doce meses de trabajo dejan en la memoria de Ruth y Raquel, enfermeras por vocación, un buen número de anécdotas y momentos emotivos. En un despacho del centro de salud de Tenorio se miran y desvelan algunas experiencias vividas. Como la de perderse por alguna zona aislada de Campo Lameiro y tener que recurrir a una vecina. «Una vez una señora salió a ayudarme porque no encontraba un domicilio. Y otra vez ya le timbré directamente a ella», recuerda Ruth, que apunta que en Forcarei sí ayuda la señalización de las aldeas. El agradecimiento de las familias del rural por la visita sanitaria se traduce a veces en algún producto: «En alguna ocasión salimos con miel o huevos».

Otras veces el agradecimiento se pone por escrito. Como la dedicatoria que la hija de un paciente que falleció les hizo por haber estado en momentos difíciles. También ellas aprenden lecciones de vida. En el rural muchas familias se vuelcan con los cuidados y casi aparcan su propia vida. «No los ves enfadados con la vida. Y ves familiares, que no son el cuidador principal ni el hijo, que también se implican. Son actos de amor».

 Figura necesaria

Tanto Raquel como Ruth consideran que la figura de la enfermera de atención domiciliaria debería existir y tener continuidad en una comunidad con las características de la gallega. Aunque saben que todo es cuestión de dinero y de recursos. «En Europa ya está implantada en algunos países. Sé que es una utopía, pero me gustaría que llegase a ser una figura permanente que formara parte de los equipos de los centros de primaria para hacer educación sanitaria y asistencial a pacientes en situación aguda y a los crónicos. Pero para eso se necesita más personal», expone Ruth.

¿Cómo recibieron en sus familias el trabajo que desempeñan desde hace un año? «Mis padres me dijeron ‘¿Non estarás mellor no hospital?’ Pero ahora ven que estoy feliz y que me gusta», dice Raquel. Ruth también valora que al trabajar a turnos y tener libres los fines de semana —menos tres sábados al año— le es más fácil la conciliación. «Con una hija pequeña y una madre dependiente es una ayuda». Tienen en proyecto dar charlas sobre el manejo del paciente inmovilizado en la residencia de Cerdedo y también para cuidadores sobre nutrición y otros aspectos. No les faltan ideas ni motivación.

Los cuatro equipos del área atendieron a 7.700 pacientes

Los cuatro equipos de soporte de atención domiciliaria (ESAD) del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés atendieron el pasado año a 4.827 pacientes y, a mayores, revisaron 2.959 historias clínicas, lo que eleva el número de usuarios atendidos a 7.786, según datos facilitados por la dirección. Los equipos son Terra de Montes-Campo Lameiro; Ponte Caldelas-Vilaboa-Soutomaior; Sanxenxo-O Grove-Meis y O Salnés. Su horario de atención es, de lunes a viernes, de 8 a 15 horas por la mañana, y de 14 a 21 horas por la tarde. La subdirectora de enfermería de atención primaria, Silvia Amoedo, destaca el «gran trabajo» que están llevando a cabo estos profesionales y subraya que esos datos globales corresponden a la actividad acumulada «capturada» del 2023. Pero que las enfermeras hacen mucha más actividad, como por ejemplo, educación sanitaria a usuarios y cuidadores; formación al personal que trabaja en residencias de ancianos, campaña de vacunación en residencias sociosanitarias y domicilios; o colaboración con el personal del servicio de atención primaria en lo que puedan demandar. «Actividad que no se captura, pero realizan», subraya Silvia Amoedo.

 Distribución territorial

En el conjunto de Galicia se crearon en diciembre del 2022 35 equipos de atención domiciliaria formados por 70 enfermeras. Las áreas de Lugo, Burela y Monforte y de Ourense, Verín y O Barco tienen 7 equipos; las de Vigo y de A Coruña y Cee, 6; las de Pontevedra y O Salnés y de Santiago y Barbanza, 4; y la de Ferrol, uno. En cuanto a la población diana del servicio se encuentran pacientes inmovilizados sin valoración a domicilio por el equipo de atención primaria en los últimos seis meses y pacientes en residencias sin personal médico ni de enfermería; mayores de 75 años con pluripatología y polifarmacia que ingresaran dos o más veces en los últimos seis meses; pacientes de alta en HADO (hospitalización a domicilio) y pacientes paliativos y crónicos complejos.