Ni puesta en valor de su obra ni calle para Alfonso Sucasas

j. benito lalín / la voz

LALÍN

29 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El tiempo, inexorable, aletea sin que nos demos cuenta de su paso. Vuela ajeno a los ritmos de la vida, a las promesas por cumplir. Dos años, ya, desde que Alfonso Sucasas, el más militante de los figurativos y clave para entender el arte gallego desde mediados del siglo XX, nos dejase. Nadie recordó al artista lalinense, fallecido a los 71 años en Vila de Cruces. «Alfonso implacable cos pedantes, martelo de hipócritas, agudo, intuitivo, irónico, rindo a gargalladas, desaparecendo de repente», como reivindicaba el escritor Luís González Tosar tras su muerte, en un artículo en La Voz, no tuvo a nadie que le escribiese desde las instituciones el pasado 27 de mayo.

Atrás quedaron las grandes palabras, las pompas de jabón de las promesas sin cuajar. Dos años después ni calle ni plaza en Lalín rememoran a este pintor universal. Debe estar gestándose aún en algún despacho el anuncio realizado por el alcalde el día del último adiós a Alfonso Sucasas.

En el 2013 sí llegarían sendos tributos al artista, como dedicarle la Bienal Laxeiro o un pequeño homenaje junto a su tumba en el primer aniversario de su muerte. Desde entonces ni calle ni plaza ni avances, al menos públicos, para la puesta en valor de la prolífica obra de Sucasas. Más de cinco décadas de batalla con el lienzo, de pinceladas metalúrgicas, de personajes misteriosos merecen preservar ese legado.