Las fuertes rachas de viento provocaron la caída de un castaño centenario en el lugar de Saborida, en la parroquia lalinense de Vilatuxe. Como resaltaba ayer el cronista de Lalín, Daniel González Alén, desaparecía un ejemplar emblemático por los temporales de hace unos meses, aunque ya había sufrido daños cuando se ensanchó la carretera que va de Vilatuxe hacia A Cruz de Grade y la pista que sube al monte de Saborida. Ese castaño daba sombra a un banco de piedra que empleaban los clientes de la que fuera taberna de Esther «e xa en tempos recentos para acubillar un pendello que tamén facía de garae e caixa de correo dun veciño», destacaba González Alén. Recordaba además que contaba con más de cuatro metros de perímetro y una copa de 2,6 metros, situándose entre los diez de mayores dimensiones en Deza, además de destacar por su envergadura y privilegiada situación. Estaba emplazado en una carretera que en su día fue «concorrido camiño de arrieiros do Ribeiro e dos paisanos da serra do Candán, que baixaban as feiras dos Carballiños». fotos daniel gonzález alén