
La capital dezana recordó la figura de uno de sus hijos predilectos
14 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Tal día como ayer hace cien años nacía en Lalín Wenceslao Calvo Garra, uno de los hijos más destacados de la capital dezana. Un centenario que recordó con cariño el regidor local, José Crespo, ensalzando la figura del médico y los reconocimientos otorgados en la localidad. «Fillo Predilecto no 1991 tamén ten adicada unha rúa. É un orgullo honrar á nosa xente. O pobo que honra aos seus, hónrase a sí mesmo», destacaba el alcalde.
Pasión por la medicina
Calvo Garra se licenció en la Universidad de Valencia, allí trabajó de profesor encargado de las prácticas de Anatomía Patológica, dedicándose también a la investigación en el Instituto Ramón y Cajal. Decidió dar el salto al extranjero para continuar sus estudios en Lisboa, con una beca del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y luego por la Fundación Rockefeller para el Instituto Neurológico de Montreal (Canadá).
En el año 1950 obtuvo el Premio Ramón y Cajal de Investigación por un trabajo sobre neurofisiología que llamó «Deza». Quince años más tarde se traslada a Friburgo (Alemania), dedicándose a investigar sobre la regeneración de la médula ósea destruida por radiaciones nucleares. Esto le lleva a la localidad alemana de Ulm, en donde estudia los efectos de la radiación atómica de Hiroshima y Nagasaki. Décadas más tarde trabajaría en Rusia para analizar los efectos del desastre en la central nuclear de Chernóbil. Una línea de investigación encaminada a la fabricación de sangre artificial para transfusiones necesarias en los trasplantes de órganos.
Sus éxitos, y el cariño hacia su tierra, lo llevaron a ser nombrado Fillo Predilecto en 1991, engrosando una lista de cinco personas, acompañando a Ramón María Aller, Joaquín Loriga Taboada y Xosé Rodríguez Laxeiro.
El 25 de mayo de 2003 fallecía a los 82 años en la ciudad alemana de Ulm, donde era catedrático de su Universidad.