
Este programa de la empresa lalinense Emovere se desarrolla en O Courel
18 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Datos científicos aseguran que cómo nos desenvolvemos en el día a día es uno de los principales responsables de la aparición de enfermedades crónicas. Esto tiene que ver con el estilo de vida moderno, que nos hace más susceptibles a la enfermedad. En los últimos años se han multiplicado las investigaciones que apuestan por la reintroducción intermitente de las actividades que hicieron que nuestra especie evolucionara. Su objetivo es reactivar el potencial de supervivencia que aún llevamos en los genes.
César, Pepe, Mayte, Javi y Aser apoyan esta teoría y la plasman en la empresa Emovere de Lalín, más concretamente en su programa Intermittent Living. Están formados en Fisioterapia, Osteopatía y Psiconeuroinmunología. Cuenta César Reboredo que «con la pandemia nos juntamos para crear la empresa», a la que incorporaron este programa que ya se hacía en otros países de Europa. Los cinco tienen la misma formación y son gallegos, siendo Aser Pereira y César Reboredo de Lalín.
El programa Intermittent Living se desarrolla durante siete días y seis noches en una aldea restaurada de O Courel. César cuenta que «son como unas vacaciones en las que intentamos reproducir los estímulos que el ser humano ha ido adquiriendo a lo largo de la historia». En su programa utilizan la Psiconeuroinmunología (PNI) que, según César, es «una ciencia médica que intenta explicar cual es el origen del desarrollo de una patología». Cuenta que «hay estudios que afirman que el 80 % de las patologías que sufre la población tienen que ver con modificaciones o malos hábitos en el estilo de vida», y que «la PNI intenta ir a la causa y origen de la enfermedad».
La Psiconeuroinmunología es una disciplina científica que estudia las conexiones existentes entre los sistemas que regulan la salud y conducta del ser humano: el sistema neuroendocrino, el sistema inmunológico y el sistema metabólico. El doctor Leo Pruimboom fue quien empezó a aplicar todo ese conocimiento científico en la clínica estableciendo una conexión entre el sistema nervioso y el sistema inmunológico, lo que dio lugar a la Psiconeuroinmunología Clínica (PNIc) y al concepto de vida intermitente.
Es una forma de entender la salud basada en la fisiología y la bioquímica. Conecta los síntomas que el paciente presenta y descifra los mecanismos de acción que le han llevado a enfermar, ya que el tratamiento de la misma patología se puede tratar de diferentes maneras dependiendo del paciente.
Esta ciencia sería «lo opuesto a que me duela la cabeza y me tome una pastilla», dice César. Ellos tratan de buscar el motivo de la patología y tratarla mediante modificaciones en el estilo de vida como el ejercicio, la alimentación, el ayuno, la exposición al frío o la exposición al calor. «Utilizamos esos mecanismos para que el cuerpo mejore la tolerancia al estrés y así tratar la patología que sea», explica.
El programa para los participantes empieza un domingo. Al día siguiente se realizan una serie de pruebas a todos los participantes entre las que se encuentran analíticas de sangre, medición de peso o pruebas de tensión. Las pruebas se vuelven a realizar el último día de la estancia para comparar los resultados y las mejoras. «Hacemos esto para que la persona vea que no solo hay cambios a nivel mental o de descanso, sino que hay cambios que son corroborados con analítica», cuenta César. Estas analíticas finales muestran «mejoras en la tensión arterial, la insulina, el azúcar en sangre o el colesterol».
Este programa que los profesionales de Emovere están haciendo en Galicia ya tiene tradición en otros países. Apunta César Reboredo que «lo han hecho ya sobre 450 personas y en todos ellos ha habido mejoras en el 100 %». Afirma también que se ha visto que estas mejoras se prolongan en el tiempo, por lo que «no hay efecto rebote, sino todo lo contrario». Incluso saben a nivel científico que «la exposición de estos siete días a estos estímulos van a permitir que la persona mejore una serie de semanas, o incluso meses, a posteriori». Cuenta César que hay estudios que dicen que los efectos se pueden prolongar hasta dos o tres meses. En Intermittent Living ofrecen una formación teórica a los asistentes de los procedimientos que se siguen durante su semana de estancia para que «la persona pueda quedarse con alguna rutina para aplicar después en casa».