Lalín bajó el telón a la muestra antológica de Alfonso Sucasas

Javier Benito
j. benito LALÍN / LA VOZ

LALÍN

miguel souto

Supuso un recorrido por sus obras desde finales de los años 50

20 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Sin mucho ruido, a pesar de la trascendencia de la exposición, la más importante de los últimos años sobre el artista tras la celebrada en el Museo de Belas Artes de A Coruña, este pasado viernes bajaba el telón Alfonso Sucasas, a figura e a súa contorna. La muestra se había abierto el pasado marzo en el museo municipal Ramón María Aller de Lalín, integrada por una selección de sesenta obras, un conjunto de óleos y dibujos que explican su recorrido desde los inicios en 1957 incluyendo las siguientes etapas por las que transcurre el artista hasta llegar a las últimas creaciones fechadas en los primeros años del presente siglo.

Con esta exposición se ha recordado a Alfonso Sucasas, una de las figuras mas destacadas del arte de Galicia de la segunda mitad del siglo XX, en su tierra natal. Hay que recordar que su obra ha tenido como motivo principal la consideración hacia la figura humana y la recreación de una buena parte de la misma dentro del contexto geográfico relacionado con sus orígenes, la comarca de Deza, marcada por una acentuada personalidad, cultura, paisaje e historia, lugar propicio para la reflexión, que ha inspirado al autor, a la hora de configurar su ideario plástico. Y este rasgo fundamental de su obra, el especial arraigo con su Lalín natal, fueron especialmente subrayados en la muestra recién clausurada.

Poseedor de una amplía formación, la completó por medio de las experiencias personales en otros países como Venezuela y principalmente Brasil, en donde vivió una larga temporada que alcanzó seis años de permanencia, en Sao Paulo, y en donde frecuentó determinados círculos artísticos de vanguardia y conoció directamente la obra de Portinari, Di Cavalcanti y Társila do Amaral, profundizando al tiempo en el conocimiento del muralismo y la pintura de carácter social.

Regreso a Galicia

Cuando regresa Galicia, en 1968, ya tiene trazadas sus intenciones y su obra muestra como el ser humano será el principal objeto de su interés; la relación de las figuras con el particular hábitat, que se circunscribe al entorno, los paisajes y bosques de la zona, también los interiores: tabernas y espacios en los que se desarrollan las escenas de una vida cotidiana, arraigada en las costumbres, tendrán cabida en sus temas principales; paisanos jugando a las cartas, figuras solitarias, grupos de mujeres, maternidades, muestran su pertenencia al lugar, como también lo harán los paisajes que recrea a partir de finales de los ochenta. Entre ellos figuran la Fraga de Catasós, la Carballeira de Barcia o la de As Casianas.

La exposición en el museo Aller contó con obras de primera época, junto a otras alusivas a temas mitológicos, acompañada de un audiovisual en el que el artista comparte momentos de su biografía y experiencias. De forma paralela se editó un catálogo con textos de Pilar Corredoira y Antón Castro, así como aspectos biográficos sobre el artista a cargo de su mujer, María Espinosa, junto con poemas de Carlos Oroza y Darío Xohán Cabana, además de escritos de Ánxel Vence y Xavier Navaza.