Lalín recuerda a Evangelino Taboada, el relojero cuya obra traspasó fronteras

David Cofán Mazás
David Cofán LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Adrian Freiria

Cuatro generaciones de la familia se dieron cita en un emotivo homenaje

04 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Setenta años después de su fallecimiento, Evangelino Taboada Vázquez recibió el homenaje que merecía. Su historia, ensombrecida durante décadas por la dictadura franquista, salió a la luz gracias al incansable trabajo de su familia, especialmente de su hija María Elena, quien recopiló documentos de todo tipo e incluso escribió un libro biográfico con el fin de mantener vivo el legado de este lalinense ilustre. El homenaje a Evangelino, el relojero que deslumbró a los científicos europeos con su reloj sidéreo forjado mano a mano con el astrónomo Ramón Aller, se celebró en su casa natal, ubicada en la aldea de Barreiro (Vilanova), con la presencia de familiares, amigos, miembros de la corporación municipal y distintas personalidades.

A Casa do Coto, el que fue su hogar, luce desde ayer una placa conmemorativa que recuerda su figura, valentía y humanidad. Junto a ella se realizo un emotivo acto que abrió el cronista oficial de Lalín, Daniel González Alén, artífice de dos trabajos biográficos sobre su figura y uno de los impulsores de este homenaje, después de una interpretación de la agrupación Carballo da Manteiga. «Non tiña coñecemento ningún de Evangelino Taboada porque foi un represaliado na época da ditadura e na Guerra Civil, onde estivo fuxido. Por esa razón non se coñeceu o seu gran labor profesional ata hai ben pouco», explicó. Asimismo, agradeció el «tesón e interese» de María Elena, quien contacto con él para sacar a la luz el encomiable esfuerzo de su padre.

Adrian Freiria

Faceta humana

En nombre de la familia habló Álvaro Gómez Vieites, bisnieto del homenajeado. Puso de relieve el lado humano de Evangelino, su faceta como emprendedor y los valores que inculcó a su familia en tiempos de mucha dificultad. «En España pecamos de no presumir del talento que tenemos, un talento que afloró y reconocieron fuera. Fue una persona que se formó a sí misma, desarrollando una industria incipiente y avances matemáticos y técnicos que fueron significativos, tanto que revistas científicas de la época se hicieron eco», señaló.

Destacó su «vocación», lamentando una muerte temprana (57 años) cuando «estaba apunto de hacer realidad un proyecto emprendedor en Vigo que habría dado muy buenos frutos». Sobre la faceta personal de Evangelino subrayó su compromiso. «Fue una persona muy comprometida con todos, en primer lugar con su familia y con su, mujer María Otero, otra persona muy destacada que daría pie a hacer otro homenaje. También con sus hijos, a los que logró inculcar una educación en tiempos difíciles. Unos principios que siguen y nos trasladó nuestra abuela», aseguró.

Clase maestra

También participó en el acto José Ángel Docobo, catedrático de Astronomía. Brindó a los asistentes una breve clase magistral sobre el funcionamiento del prototipo de reloj sidéreo que creó el lalinense junto a Ramón Aller. Una pieza de 1945 que se conserva en el Observatorio Astronómico Ramón María Aller de la USC y que sigue en funcionamiento.

Cerró las intervenciones el alcalde de Lalín, José Crespo, quien también recordó la figura de Matemático Rodríguez como ejemplo de ilustres lalinenses olvidados cuya figura se reivindica con fuerza en la actualidad. Además, señaló la capacidad emprendedora de los vecinos de Lalín y agradeció el trabajo fundamental de María Elena. «Se estamos aquí é froito do empeño da súa filla. Un pobo que honre aos seus fillos, hónrase a si mesmo», afirmó.

Adrian Freiria

Antes de que María Elena y la tataranieta de Evangelino, Ishel, descubrieran la placa conmemorativa en una hermosa imagen intergeneracional, sus bisnietos Mar y Leo interpretaron una pieza musical al teclado y violín. Una obra muy especial, Alalá y Alborada, rescatada del Museo de Pontevedra bajo el nombre de Evangelino Taboada y su mujer, María Otero.