Antonio García Meijomence, experto lalinense en finanzas personales, defiende que el mejor legado para los hijos es la educación financiera
23 ene 2025 . Actualizado a las 11:29 h.Antonio García Meijome, experto en finanzas personales, presentó ayer en el Museo Ramón María Aller de Lalín la bitácora financiera, una herramienta en formato cuaderno diseñada para ayudar a cada persona a administrar sus finanzas. Para él «el primer pilar fundamental es la administración, administrar el dinero, tener el control, saber en qué me estoy gastando mi dinero y si hay algún gasto que me está haciendo un agujero en el bolsillo». Un aprendizaje que, defiende, se debe llevar a cabo desde la infancia. Explica que «uno de los problemas principales es que somos un poco salvajes en nuestra relación con el dinero. Estamos manejando dinero desde que somos muy pequeños pero nadie nos dice cómo tenemos que hacer, nadie nos explica. Entra dinero, nos regalan dinero y gastamos muchas veces sin sentido y sin control. Eso hace que vayamos cogiendo una serie de hábitos que a lo largo de la vida luego nos van a perjudicar».
Cuando ya somos adultos, añade, «muchas veces utilizamos los recursos que tenemos de manera desproporcionada. A veces entra mucho dinero y cuánto más entra, más gastamos. Si preguntamos, mucha gente no sabe decir cuánto gastó la semana pasada y en qué y si no sabemos cuándo ingresamos y cuánto gastamos, mejorar va a ser muy complicado».
La idea de la bitácora es «poner en manos de las personas una herramienta que sea sencilla de manejar y arroje la información que necesitamos manejar para que a la hora de tomar decisiones se puedan tomar de forma más estratégica y de forma más inteligente», afirma.
Como ejemplo pone unas vacaciones señalando que «lo normal sería planificarlas , saber dónde se quiere ir, cuánto nos va a costar, nos marquemos un objetivo y vayas midiendo la forma de ir acumulando capital para que llegado el momento podamos tener ese dinero disponible y la bitácora lo permite porque uno de los primeros pasos es marcarse objetivos para que durante 12 meses puedas ir a por ellos. El dinero sería el fin para lograr un objetivo». El siguiente paso es, explica, «ir cada día registrando lo que gastamos, lo que ingresamos para, a fin de mes, poder saber si gastamos más que ganamos, cuánto nos queda y analizar nuestros hábitos de consumo y podemos hacerlo de una manera sencilla, como un juego».
Meijome defiende la importancia de hablar de economía y de finanzas en el seno familiar y asegura que «los niños deben tener el control del dinero que pasa por sus manos». Señala que «si en cada familia, cada persona tiene su bitácora financiera y analiza su historia con su dinero, lo que estamos es criando personas con un potencial de pensamiento crítico que se va a comprar algo cuando tenga el dinero y no gastará en financiar una compra que me supone pagar muchos intereses».
Gestión en familia
Hablar en la mesa y en familia de economía, de finanzas y de objetivos y «lleva a que la relación en casa mejore muchísimo porque luego trataremos otros temas al margen del dinero».
Para este experto «el mejor legado es una buena educación financiera». A ella, además de los padres pueden contribuir también los abuelos y las abuelas, y es que, apunta, «solamente se puede mejorar lo que se puede medir». La bitácora utiliza el formato papel en forma de libreto y «va a bolígrafo» como una manera de asentar mejor ese conocimiento y prestarle más atención al proceso. A través de un código QR, explica, se puede acceder a una plantilla de presupuesto que se puede modificar a medida de cada uno y que sirve de base para empezar a recopilar esos datos de nuestras finanzas que nos ayudarán después a hacer crecer nuestro dinero, a aumentar nuestro capital de ahorro y a administrar nuestras inversiones.
Al preguntarle por los errores más grandes que cometemos a la hora de manejar el dinero, García Meijome apunta los casos en los que tiramos de tarjeta de crédito sin control y generamos el pago de «una bestialidad en intereses y no nos damos ni cuenta. Gastamos más que ganamos y vamos generando deuda».