
Durante 70 años estuvo al frente de la paquetería que abrió a con solo 19 y que atendió y vistió a varias generaciones
15 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Lalín despide con pesar a Rosa Obdulia Fernández Buján, conocida por todos como Odila. Comerciante y emprendedora, Odila falleció a los 90 años sin poder ver cumplido uno de sus mayores deseos, que repetía constantemente, y que era el de poder estar detrás del mostrador «ata os 100», pero no le faltó mucho porque probablemente fue la emprendedora que más tiempo estuvo en activo.
Fueron 70 años los que esta incansable trabajadora estuvo al frente de la paquetería Mario, que llevaba el nombre de su marido, Mario Pereira Souto, desde su apertura en 1953 en las galerías Pelayo de Lalín. Pese al nombre del rótulo y el trabajo de su marido, Odila, contaba ella, siempre quiso llevar las riendas de un negocio que atendía con pasión y que amplió tras la muerte de su esposo. Su alegría, su amena conversación y su afecto hacia todos los vecinos y su clientela, ganó el cariño de todo el mundo.
Por su negocio pasaron generaciones de vecinos de la zona. Y aunque en los últimos tiempos ya había superado desde hacía muchos años la edad de jubilación, Odila contaba que la tienda le daba la vida y una de sus satisfacciones, explicaba a menudo, era poder ganar lo suficiente para poder ayudar a sus nietos.
Originaria de Carballedo, con 14 años se vino a Lalín para hacerse costurera. Aprendió junto a su tío, que tenía un taller con máquinas de coser y una decena de aprendizas. Con 19 años, tras terminar su formación, abrió su tienda alquilando un local en el número 16 de la rúa Principal. Poco después se casaría con Mario Pereira Souto. Cuando los Guerra compraron el local que ellos utilizaban, decidieron trasladarse y comprar el suyo propio en las Galerías Pelayo.
Hasta hace poco seguía rehuyendo la jubilación pese a que, como ella contaba, alguno de sus hijos ta estaba ya retirado. Madre de tres hijos, Odila siempre presumió de la independencia que le daba poder contar con un negocio propio, que le permitió sacar adelante a los suyos. Con los años, la tienda fue adaptándose a los tiempos. Cuando abrió, explicaba hace años Odila en una entrevista, confeccionaba todo tipo de prendas por encargo. «Cosía e cosía, día e noite, domingos e festivos se facía falta. Había semanas que só durmía dúas horas cada noite», apuntaba.
Reconocimientos
Para Lalín, Odila fue siempre una persona muy especial. Sus vecinos le otorgaron en el 2023 el Premio Lalinense do Ano a toda una vida en agradecimiento a su trabajo, su esfuerzo y toda la alegría que compartió siempre con todos los que la conocieron. Antes de eso fue distinguida también con el Premio Maruja Gutiérrez por su afán emprendedor.
La pasada Navidad, en las Aldeas de Nadal, uno de los Escaparates Máxicos recreaba el Salón de Odila, en homenaje también a todas las costureras que, como ella, desempeñaron un importante papel con su trabajo y tesón. Su familia, sus nietos y una de sus dos bisnietas, le organizaron una fiesta en la tienda en diciembre del 2023 con motivo del 70 aniversario de la paquetería.
En agosto del 2024, problemas de salud que empezaron con una rotura de cadera la fueron obligando dejar el negocio. La tienda fue atendida un tiempo por sus nietas que llegaron a organizar algún evento en honor a su abuela. En agosto del pasado año, la paquetería colgaba, con enorme pesar para la familia, el cartel de «Se traspasa». En la actualidad el negocio continúa abierto, ya con otro rótulo, regentado por una antigua clienta.
Para todos los vecinos de Lalín, en las Galerías Pelayo seguirá vivo el recuerdo de Odila y su eterna sonrisa. Una mujer única a la que todos seguiremos rememorando en su reino de la galería encantada por un trabajo que, decía, «é unha marabilla» y que le hacía muy feliz y la seguiremos evocando alabando a sus «fantásticos veciños da galería» y a sus incondicionales clientes.
Su cuerpo está siendo velado en el tanatorio de la funeraria Taboada de la avenida Bos Aires desde donde saldrá hoy, a las 17.00 horas, la comitiva fúnebre hasta la iglesia de Lalín, donde tendrá lugar el funeral y a continuación su inhumación en el cementerio de A Veiga.
Pero pese a la despedida, para todos los que la conocimos y para toda su grande y maravillosa familia, Odila seguirá viva en nuestros corazones.