Agua en el día grande de As Dores

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

cedida

La lluvia impidió la procesión y lastró el concierto de la Banda de Lalín

22 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La mañana prometía con el sol luciendo entre algunas nubes en el día grande de las fiestas de As Dores en Lalín, pero la lluvia acabó acaparando el protagonismo de parte de la jornada. Un chaparrón, justo al remate de la eucaristía impidió la celebración de la procesión.

Pocos minutos más tarde despejaría, haciendo posible que la Banda de Lalín, bajo una carpa, empezase su concierto. En la interpretación del segundo tema, el cielo se cubrió de nuevo y empezó a llover provocando que la mayoría del público se marchase para evitar la mojadura. La jornada estuvo salpicada de momentos de cielos despejados y de otros de lluvia intensa que fueron condicionando las celebraciones festivas y llenando y vaciando alternativamente las calles.

En la iglesia parroquial se celebró la tradicional misa solemne que fue presidida por el obispo de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco, y cooficiada por el párroco lalinense, Marcos Torres. Este año el presidente de la Diputación, Luis López, del vecino concello de Rodeiro, fue el encargado de leer la ofrenda.

En ella López pedía «que as aldeas do noso rural volvan ser un fervedoiro de vida, emprego e futuro» comprometiéndose a seguir trabajando desde la Diputación «para levar a todos os recunchos deste concello e da comarca os mellores servizos e infraestruturas, e para estar ao carón dos que sementan ou procuran non un produto, senón futuro: os labregos e gandeiros».

Pidió protección para «os nosos mozos, baluartes de Lalín e da provincia do mañá», recordando a los mayores «memoria viva de quen somos» pidiendo por las familias y hogares, «por quen traballa e por quen dá traballo». El presidente de la Diputación habló también de los incendios forestales reconociendo «a valentía e solidaridade de todas as persoas que plantaron cara ao lume» considerando imprescindible «conxurarnos para previr máis desgrazas no noso monte». Por último pedía «que o exemplo de pobos unidos como o de Lalín se estenda á practica política, para que cese o ruído e impere un xeito de gobernar estable no que caiban todos».

Por la tarde, un nuevo chaparrón obligó a empezar más tarde las exhibiciones a cargo de las escuelas de atletismo y de kung fu, mientras Os Verbeneros recorrían las calles. El sábado por la noche, La Guardia llenaba la Praza da Igrexa de fans de todas las edades, muchos de ellos devotos incondicionales del grupo desde su creación en los 80.