Cruces debe comprar, expropiar o devolver el Área Recreativa da Carixa en el 2020

P. V. LALÍN / LA VOZ

SILLEDA

miguel souto

Caduca el convenio de cesión firmado por 30 años y Concello y titulares quieren liquidarlo

04 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Área Recreativa da Carixa es uno de los referentes identificativos de la parroquia cruceña de Merza. Tiene dos zonas. Una es el propio área recreativa tradicional entre la carretera de Merza-Fontao y Merza-Silleda por un lado y el río Deza y el Orza en su tramo final de desembocadura. La otra zona corresponde al área biosaludable que se sitúa en el otro margen de la carretera Merza-Fontao y una parte anterior del río Orza.

La zona biosaludable no presenta ningún problema de titularidad. Es municipal en su totalidad y en ella el Concello puede actuar, dotarla y acogerse a todo tipo de ayudas. Recientemente la amplió prolongándola varios centenares de metros más, haciéndola lindar con una zona de cataratas y regatos del Orza.

El área recreativa clásica está, por contra, a punto de entrar en ebullición. El Concello tiene un convenio con la familia propietaria de los terrenos firmado por un período de treinta años. Faltan dos para su conclusión.

En este período el Concello y las administraciones invirtieron y convirtieron este espacio en referente recreativo para la parroquia, para la zona y para visitantes de todo Galacia, amurallándolo con bloques de piedra de contención para frenar las riadas anuales dotándolo de piscinas y servicios y haciendo mantenimiento de vegetación y césped en una zona y empedrándolo en otra. Asimismo dotó el espacio con un puesto hostelero de atención a los visitantes -otro se sitúa en la zona biosaludable de titularidad municipal-.

Precisamente la adjudicación del servicio de los quioscos trae a la actualidad la caducidad inminente del convenio de uso municipal del área recreativa. El Concello prepara pliegos de contratación de ambos puestos. En el caso del chiringuito en la zona municipal será por cuatro años. Pero en el caso del área recreativa tradicional solo podrá hacerse por dos años, precisamente por que en esa fecha caduca el plazo de que dispone por convenio el Concello para gestionar esa zona.

Trabaja ya en buscar salidas apropiadas a la situación el gobierno local y, específicamente su alcalde, Jesús Otero, que ya había sido el artífice de conseguir la cesión del espacio por los citados treinta años y de los servicios con que fue acondicionándose.

Hay varias salidas a la situación: prórroga de la cesión, compra, expropiación o devolución. Las partes y especialmente el Concello no quiere prórroga. Quiere ser titular del terreno para no estar coartado en ayudas y cualquier requisito oficial que requiere de la titularidad municipal para obtenerlas. La expropiación es un recurso que siempre está en la mano del Concello. El gobierno negocia con la familia propietaria un precio y el propio regidor ya asegura que solo se pagaría un precio real de mercado, lo que también ocurriría en el caso de que se llegase a optar por la expropiación.

La última opción, la de la devolución, sería en el caso de que resultase inviable hacerse con el espacio por razones económicas de un valor desmesurado. En esa circunstancia los propietarios podrían seguir gestionado el suelo del mismo modo que hace ahora el Concello habida cuenta de que la tipificación de ese terreno es de suelo de uso recreativo, con chiringuito, piscinas y todas las dotaciones actuales.

El paquete a adquirir por el Concello incluye todo el área, con la zona actualmente vallada particular con una casa circular modelo palloza que se había construido por los propietarios de los terrenos en el marco del acuerdo para su disfrute particular, aunque con acceso principal por el propio área recreativa.

Precisamente todas las dotaciones de instalaciones y equipamientos tienen un elevado valor económico generado por el Concello, salvo en el importante apartado de la casa, pero que se perdería si acaba la gestión del espacio por el Concello y que, al tiempo, condiciona y determina el valor del precio de mercado.

En poco más de un par de años el Concello y los propietarios deberían alcanzar acuerdos que sirvan a ambas partes y permitan la municipalidad del enclave y las opciones de un redimensionamiento de objetivos para este tan singular paraje.

El área biosaludable lindante con similar superficie costara sin equipamiento 60.000 euros

El convenio del Concello con los propietarios del área recreativa da Carixa se había firmado por 30 años en 1991 con el actual regidor Jesús Otero. En la negociación abierta seguramente pesarán valores manejados en años posteriores en que la zona creció con suelo público adquirido.

El área recreativa fue inaugurada por el entonces conselleiro de Presidencia, Dositeo Rodríguez, en agosto de 1993 coincidiendo con la V Festa da Carixa. La obra había salido a subasta en septiembre por 12,6 millones de pesetas. En el año 2008, el Concello adquirió por 60.000 euros casi una hectárea de superficie, semejante a la que se negocia ahora, donde construyó el area biosaludable. Era monte sin ningún equipamiento como los actuales del área recreativa. En el 2015 se ampliaron 600 metros por 6.000 euros en la zona del molino.