La inflación, una de las máximas preocupaciones del Gobierno, alcanzó el 7,9%.
17 jul 2008 . Actualizado a las 10:41 h.El crecimiento de la economía china se ralentizó en el primer semestre del año con respecto al mismo periodo del año pasado, aunque superó una vez más los dos dígitos, el 10,4 por ciento, mientras la inflación, una de las máximas preocupaciones del Gobierno, alcanzó el 7,9 por ciento.
Según datos anunciados hoy por el Buró Nacional de Estadísticas, el Producto Interior Bruto (PIB) sumó 1,9 billones de dólares (1,2 billones de euros) en los seis primeros meses del año, aunque su crecimiento fue 1,8 puntos inferior al del mismo periodo del 2007.
«La desaceleración del crecimiento indica que la política macroeconómica del Gobierno para evitar un sobrecalentamiento económico ha dado sus frutos», dijo en una rueda de prensa Yao Jingyuan, economista jefe del Buró, citado por la prensa estatal.
Otros expertos oficiales estimaron, sin embargo, que el aumento sigue siendo demasiado rápido.
«Creo que una tasa del 8 por ciento (objetivo del Gobierno para este año) es la adecuada y a mi juicio superar el 10 por ciento no se ajusta a un desarrollo sostenible», dijo hoy a Efe Mei Xin Yu, investigador de la Academia de Economía del Ministerio de Comercio.
Sea como fuere, un cierto enfriamiento económico da argumentos a quienes abogan por desacelerar la apreciación del yuan -cuyo valor frente al dólar se incrementó en torno al 7 por ciento este año- a fin de animar las exportaciones, que no han hecho más que decrecer en los últimos meses obligando a cerrar un sinfín de fábricas.
«Muchos posibles clientes nos preguntan por los precios, pero se van tras comprobar que están subiendo cada vez más», dijo al diario «China Daily» Xue Kun, director de la empresa de comercio internacional Hengtai Yuansheng.
Según declaró Mei a Efe, el comercio «está corriendo riesgos» debido a una apreciación del yuan que es ya «demasiado alta».
Pero pese a las quejas, el Gobierno chino está ahora más preocupado por atajar la imparable inflación, que fue del 7,9 por ciento en los primeros seis meses tras el 7,1 por ciento alcanzado en junio, inferior no obstante al 7,7 por ciento de mayo.
«Sí consiguió bajar en los últimos meses la inflación pero se debe al control artificial de los precios de productos como el petróleo y la electricidad (en medio de la subida de los precios mundiales)», advirtió Mei.
Posible desencadenante de inestabilidad social de acuerdo con el Gobierno, la inflación fue citada por el primer ministro Wen Jiabao como la principal preocupación del país en un momento tan significativo como el terremoto del pasado mayo, que dejó casi 90.000 muertos.
Y sobre todo cuando el encarecimiento está siendo mayor en el desfavorecido campo frente a las boyantes ciudades: un 8,6 por ciento frente a un 7,6 por ciento en el primer semestre.
Y también cuando los alimentos siguen liderando el encarecimiento, con una subida del 20,6 por ciento en el primer semestre, seguidos por el 6,9 por ciento de aumento en la vivienda.
El crecimiento económico chino, el más veloz del mundo, transcurrió en los últimos años con una inflación baja hasta el 2007, cuando se situó en el 4,8 por ciento pese a la meta del 3 por ciento fijada por el Gobierno.
Los datos anunciados hoy reflejan también el cambio que poco a poco se está efectuando en la estructura económica del país: desde una economía basada en las exportaciones y la inversión a otra con un fuerte consumo interno.
En la primera mitad del año, las ventas minoristas subieron un 21,4 por ciento respecto al mismo periodo del 2007, una tasa que supone un incremento de 6 puntos porcentuales frente a la registrada en el primer semestre del año pasado.
Sobre la tendencia de los próximos meses, Mei no fue optimista: «Existen señales de que la situación económica está empeorando. El Gobierno debe ahora evitar la aparición del peor escenario posible, un parón económico acompañado de una inflación grande, preparando un reajuste de su política macroeconómica».