Los sindicatos temen 150 despidos en el Banco Popular en Galicia tras cerrarse este año 15 oficinas en la comunidad

R.?S.

ECONOMÍA

16 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La absorción del Banco de Galicia por el Popular y su funcionamiento en la práctica como una única firma -aunque todavía perduran los nombres separados- ha motivado el cierre de oficinas del grupo repartidas por toda la comunidad, según confirmaban ayer fuentes del Popular. Los sindicatos cifran en 15 el número de clausuras desde que comenzó el año, 9 bajo el sello Popular y otras 6 del Banco de Galicia, desde diciembre absorbido por completo por el grupo.

Los cierres se han producido hasta ahora en ayuntamientos medios de Galicia como Vilagarcía, Sarria o Monforte. También en una ciudad como Ferrol, según apuntaba ayer Carlos Barrientos, delegado de UGT en el Popular. «Y sabemos que no van a ser los únicos cierres porque hay mucha duplicidad de oficinas en Galicia», explica el sindicalista. De hecho, ya se contaba con esa reestructuración, pero no con la rapidez con la que se está llevando a cabo.

El cierre de esas 15 oficinas apenas ha supuesto despidos en Galicia, admiten desde UGT. La mayoría de los trabajadores se han recolocado por ahora en otras sedes, que se han reforzado, dentro y fuera de Galicia. Sin embargo, los sindicatos temen que, si se cumplen las previsiones del banco (ahorrar 75 millones hasta el 2010 a través de un ajuste de la red comercial), haya que despedir a unos 150 trabajadores a los que ya no se les podrá hacer un hueco.

Las centrales prevén de esta forma que los mismos procesos de reestructuración de la red que se han dado desde diciembre en concellos medianos se trasladen en los próximos meses a las grandes ciudades, como Santiago -solo en los ensanches hay una docena de oficinas-, Vigo o A Coruña. Teniendo en cuenta que el Popular es el banco español con un mayor grado de eficiencia -relación entre trabajadores, oficinas y beneficios- no serían de extrañar ese tipo movimientos. Y menos cuando el propio Banco de España ha reclamado una optimización de la red comercial a toda la banca española. «Hay oficinas, por ejemplo en Santiago, que tras la fusión están ahora puerta con puerta, y sabemos que una de ellas no tiene futuro», explica Barrientos.