Del sillón de ministro al de ejecutivo

Ander Carazo MADRID/COLPISA.

ECONOMÍA

El 20% de los ex miembros del Gobierno han optado por irse a un empresa privada como dedicación profesional, aunque tienen que esperar dos años tras cesar

08 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Juan Costa, ex ministro de Ciencia y Tecnología con José María Aznar, lo anunció hace unas semanas. «En ocasiones -argumentó- hay que valorar si estás aportando algo o no, pues en política hay que estar en condiciones de aportar, de trabajar, de sentirte orgulloso, comprometido y tener la impresión de que con tu esfuerzo estás moviendo la máquina de un proyecto». De esta forma decidía abandonar su escaño, en la última fila del Congreso y poner rumbo a Londres, a la dirección de la división para el cambio climático de la consultora Ernst&Young.

Una quinta parte de los 162 ministros de las nueve legislaturas de la democracia han tomado ese mismo camino hacia la empresa privada. Sus nombres copan las presidencias, direcciones generales y consejos de grandes compañías. Otros han buscado su oportunidad en proyectos mucho más humildes. Aun así, medio centenar todavía no han abandonado la Administración y siguen ocupando un cargo.

Durante el tiempo que forman parte del Gobierno, los ministros deben dedicarse exclusivamente al cargo. En los dos años posteriores a su cese todavía siguen percibiendo un sueldo por parte del Estado, como contrapartida a que, por ley, no pueden realizar actividades sobre las que hayan dictado resoluciones. Es una de las razones por las que Jordi Sevilla es el único miembro de los gabinetes de José Luis Rodríguez Zapatero que se ha pasado a la empresa privada. Cesó en el cargo en julio del 2007 y en septiembre del 2009 abandonó el Congreso para formar parte de la consultora PriceWaterhouse Coopers.

Eduardo Serra, responsable de Defensa en la primera legislatura de Aznar, critica duramente el hábito de «estar de los 17 a los 75 años encerrado en un partido político». En su opinión, esto provoca que «vivan ajenos a las necesidades de la gente» y que «prohíban los toros cuando hay millones de parados».

Serra ahora preside la Fundación Everis. Además de este cargo, también es consejero en Zeltia, Ono y Rolls Royce. «En la empresa privada se aprende lo difícil que es ganar dinero y lo difícil que es crear puestos de trabajo», declara.

Josep Piqué, titular de Industria y Exteriores entre 1996 y 2003 y hoy presidente de la aerolínea Vueling, comprende que es «impopular» que un antiguo ministro se pase al sector privado. «Todavía nos falta madurez democrática», advierte el también máximo responsable de la página nupcial Bodaclick.

Ayudas de amigos

«En cualquier organización hay que poner cierto orden entre las personas», razona por su parte Rodolfo Martín Villa y añade que lo importante es «formar equipos y marcar objetivos». Para el ex ministro de UCD, la única diferencia es que en la empresa «uno juega a favor de unos objetivos legítimos y concretos», mientras en la Administración se hace «a favor de unos intereses generales». Recuerda como sus primeros pasos en los negocios, a comienzos de los ochenta, fueron por «decisión personal» de su amigo y entonces presidente del Banco Bilbao, José Ángel Sánchez Asiaín, que le facilitó su entrada en Ibercobre y Celofán Española.

«Según iba ejerciendo en la empresa privada, ya fui labrando un currículo de cierto prestigio», explica Martín. En 1997 dio el salto a la gran empresa para dirigir Endesa durante cinco años y hasta hace un mes fue presidente de Sogecable. Ahora, su ex compañero en el Ministerio de Industria y actual presidente de Técnicas Reunidas, José Lladó, le ha «ayudado»: le ha ofrecido un puesto de consejero en la filial de ingeniería Initec.

Otros miembros de UCD se han buscado la vida. Jaime Lamo de Espinosa actualmente ocupa un puesto en los consejos de administración del grupo García Carrión y de la Mutua Madrileña. Los ministros socialistas muestran menor predisposición a hablar de su vida en la empresa privada. Uno de ellos, Javier Gómez Navarro, dice seguir muy ligado al sector de su antigua cartera, el turismo.