Currás renuncia a incrementar la fiscalidad verde, pero prepara cambios en los tributos actuales
ECONOMÍA
La Xunta retocará la fiscalidad verde que se aplica en Galicia, actuando sobre algunos impuestos como los que gravan la contaminación atmosférica o el saneamiento.
Sin embargo, Fernández Currás no contempla, al menos por ahora, profundizar en este tipo de tributación y descarta gravar la generación de residuos sólidos, o la producción de las canteras, como hacen ya algunas comunidades y otros países en Europa, dentro del capítulo de la fiscalidad medioambiental.
La intención es revisar el impuesto de contaminación atmosférica (ICA), que se paga en función de las emisiones, para «ampliar su ámbito objetivo», aumentando así la cantidad de personas físicas sujetas al tributo.
Otra acción similar es la que se persigue con el impuesto sobre el saneamiento, del que se espera un aumento de contribuyentes sin necesidad de endurecer la fiscalidad.
Galicia cuenta en la actualidad con cuatro impuestos ambientales: los citados sobre contaminación atmosférica y saneamiento de aguas, que llevan en funcionamiento tres lustros; el que grava el agua embalsada, aprobado durante el Gobierno bipartito y con tres años de existencia; y un canon eólico, con apenas un año de vida, aprobado por el PP a su regreso a la Xunta. Estos dos últimos se ejecutaron soportando una intensa polémica con las empresas afectadas.
En Galicia hay 24 grandes presas hidráulicas pertenecientes a Iberdrola, Fenosa y Endesa que ya han amortizado más de cuatro veces sus costes de construcción y mantenimiento. Los embalses tienen una capacidad de 2.800 megavatios de potencia eléctrica, la segunda más elevada de España.
Aprovechamiento
En el sector eólico, los megavatios en funcionamiento y los que están en trámite de autorización con el nuevo concurso eólico suman en total 6.500 megavatios, repartidos entre medio centenar de empresas, aunque los últimos 2.325 no estarán plenamente operativos al menos hasta el año 2015.
En estos momentos, Galicia se encuentra entre las comunidades que más han aprovechado esta fiscalidad relacionada con el cuidado del medio ambiente. Solamente Extremadura fue más allá, con tributaciones ligadas a la producción de las canteras.
Entre los cuatro tributos verdes gallegos, la Xunta recauda anualmente cerca de 45 millones de euros.