Bruselas ve «estupendo» que la reforma laboral abarate el despido

natalia bore MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

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De Guindos avanza al comisario Rehn que la nueva normativa será «extremadamente agresiva»

10 feb 2012 . Actualizado a las 11:22 h.

Lo que su jefe de filas guardó en el más celoso de los secretos durante toda la semana, lo desveló ayer el ministro de Economía, Luis de Guindos, en Bruselas: la reforma laboral que el Consejo de Ministros aprueba hoy será «extremadamente agresiva».

En una conversación captada por las cámaras, previa a la reunión que el Eurogrupo celebró en la tarde de ayer, el ministro le confesó al comisario europeo de Asuntos Económicos, el finlandés Olli Rehn, que la nueva normativa laboral «reducirá la indemnización por despido» y «flexibilizará la negociación colectiva», que Rehn acogió con un «eso sería estupendo, muy bien».

Como le ocurriera a Mariano Rajoy en su conversación con el primer ministro finlandés, cuando las cámaras captaron su afirmación de que la reforma laboral le costaría «una huelga general», De Guindos también ha desvelado por error en Bruselas lo que se le ha estado ocultando a los agentes sociales -con el consiguiente malestar de los sindicatos- y al Parlamento esta semana.

«A la raíz»

Es más, el propio ministro de Economía en rueda de prensa ayer por la tarde en Bruselas se limitó a apuntar que la reforma prevista «va a la raíz de los problemas del mercado laboral español» y que consideraba que era un cambio «fundamental para devolver a España a la senda del crecimiento».

Las generalidades han caracterizado la información que el Gobierno ha dado estos días sobre la reforma, en cuyo contenido han rehusado entrar tanto el presidente como la ministra de Empleo, Fátima Báñez. Esta respondía ayer a una pregunta del socialista Jesús Caldera en el Congreso, que la reforma tiene tres objetivos: «Estabilidad en el empleo, flexibilidad interna para que no haya que recurrir al despido como única solución de ajuste, y más derechos, la formación como derecho individual de los trabajadores». Y Báñez la calificó de «equilibrada», no de «agresiva», como De Guindos.