La segunda ola de fusiones, con la concentración de entidades en Madrid y Barcelona, supondrá nuevos ajustes que se están empezando a preparar
18 mar 2012 . Actualizado a las 07:08 h.La mayor transformación de la historia financiera española, con la fusión de cajas y su conversión en bancos, ha supuesto en apenas tres años pasar de 45 a 13 entidades -con cuatro de ellas subastadas a precio ventajoso- y, a la vez, recortar empleo en casi 20.000 puestos de trabajo. Según un informe de la CECA, la asociación de las antiguas cajas, de este mes, el número de empleados ha pasado de 135.415 en el 2008, cuando se iniciaron los movimientos de fusión, a poco más de 115.900. En total, 19.477 empleados menos. Casi un 15 %. Aquel año fue, además, el pico en la evolución de contrataciones y apertura de locales de aquel ya extinto modelo de ahorro y obra social.
La reducción de personal es consecuencia de la necesidad de ahorro y de duplicidades por las fusiones. Se han cerrado 4.192 oficinas (hay ahora 20.859 sucursales) y las sedes centrales en muchas provincias han desaparecido. Un ejemplo: cuatro grandes fusiones (Bankia, Liberbank, BMN y Banca Cívica) que agrupan a 18 cajas, han trasladado su lugar operativo principal a Madrid. La capital española y Barcelona son las que están acaparando el poder financiero desde que arrancó esta profunda transformación del sector bancario, aún hoy sin cerrar.
La mayoría de salidas de esos casi 20.000 afectados se solucionaron por la vía de las prejubilaciones, las «salidas de oro» que se conocían en el sector, percibiendo hasta un 98 % del sueldo y con una parte cargada al erario público. «Eso ya se acabó, lo que venga, cualquier ajuste, tendrá que asumirlo cada entidad con sus fondos», admiten desde el sindicato CC.?OO., el mayoritario en el sector financiero. Y también ha venido acompañada de algunas indemnizaciones controvertidas, por exageradas, a altos directivos de firmas como Novacaixagalicia, CAM, Cajasur, Bancaja, Caja Madrid... Desde el 2008 han sido cesados o nombrados 47 presidentes y 59 directores generales.
Lo que vendrá serán nuevos ajustes por una realidad: se preparan nuevas fusiones que supondrán el cierre de nuevas sedes centrales y oficinas. Esta misma semana, ese mismo sindicato estimaba que solo para el caso gallego, la entrada de un gigante financiero español en NCG Banco supondría entre 2.000 y 2.300 puestos menos. Y en la antigua caja gallega ya saben de recortes. En el 2008, cuando en el sector se empezaron a ver movimientos, Caixa Galicia y Caixanova daban empleo -por separado, claro- a 8.128 trabajadores. NCG Banco, la heredera de su fusión, suma ahora 6.375. Solo con la alianza se fueron 1.250 trabajadores prejubilados. Ahora se esperan otras 700 bajas más hasta el 2014.
Por el momento, hay tres operaciones que supondrán seguro reducción de personal: las alianzas Unicaja-Caja España; e Ibercaja-Caja 3 (con una fuerte duplicidad en Aragón); y la posible entre La Caixa y Banca Cívica. Esta última está ya negociando condiciones y acuerdos con su plantilla, aunque su absorción por la firma catalana puede desbaratarlo todo. BMN, una unión liderada por Caja Murcia, tiene abierto un conflicto laboral porque trata de adelgazar plantilla a través de despidos.
En los bancos convencionales, en los que apenas ha habido movimientos hasta el 2011, el recorte de personal ha sido mucho menor: apenas un 8 %, 6.000 empleos menos. Pero con las alianzas que se auguran el número aumentará seguro. BBVA ha anunciado 1.300 bajas en Cataluña (el 20 % del personal) al quedarse Unnim. La próxima subasta de Banco de Valencia ahondará en eso mismo: menos entidades, más grandes, pero también menos empleados.