Ingresaría una cantidad milmillonaria, frente al euro de otras ventas
27 mar 2012 . Actualizado a las 11:47 h.España lleva cuatro años reestructurando su sistema financiero, tiempo en el que los ciudadanos lo único que han conseguido es un cierre total a la concesión de créditos. Se buscan entidades más grandes a través de procesos de concentración. Desde el 2009, el Estado ha inyectado fondos públicos en Unnim, la CAM, CajaSur, Caja Castilla-La Mancha, Banco de Valencia, Catalunya Caixa y Novagalicia Banco. Visto el panorama de compradores y comprados, solo la operación que le ha planteado NCG le permitirá al FROB recuperar dinero e incluso ganarlo.
Al contrario que las demás entidades, Novagalicia Banco ha encontrado inversores que creen en el proyecto. Ya han desembarcado en su capital empresarios gallegos (tienen cerca de un 3 %), y existen fondos de inversión anglosajones dispuestos a completar la participación privada hasta que alcanzase el 49 %. Le recomprarían, por tanto, la participación del FROB, que seguiría siendo accionista mayoritario con el 51 %, que podría mantener hasta octubre del 2014.
A cambio piden un esquema de protección de activos, una especie de aval ante pérdidas no previstas en ese momento. En caso de aparecer, las asumiría el Estado. Pues bien, desde el 2009, el Estado ya ha concedido cuatro EPA: para la compra de Unnim, la CAM, CajaSur y CCM. Por la venta de todas estas entidades no ingresará más de dos euros. Pero es más, será el Fondo de Garantía de Depósitos, a través de la hucha común que hacen todas las entidades, el que devolverá el dinero que el Estado había inyectado, y en el caso de CajaSur ni tan siquiera eso. La BBK se hizo cargo de la entidad después de que el FROB aportase a fondo perdido 392 millones. Pero quizá la operación más llamativa fue la de la CAM: por la entrega de un euro, el FGD aportó 5.300 millones y el Estado firmó un EPA que podría rondar los 24.000 millones de euros.
Pero las arcas públicas también notarán la adjudicación del Banco de Valencia (le inyectó 1.000 millones y le concedió otros 2.000 para garantizar la línea de liquidez) y la de Catalunya Caixa (su capital está en manos del Estado tras una inyección de 1.718 millones) y que ya ha dicho que no puede seguir en solitario. Si el Gobierno no aprobase la entrada de inversores foráneos en NCG, es probable que se la quede otra entidad española. ¿A qué precio? Posiblemente por un euro y con un EPA. Se desmantelaría y sus activos se concentrarían en Madrid o Barcelona.