La reforma laboral alemana, un ejemplo para la Europa en crisis

Andrew McCathie / Dpa

ECONOMÍA

Alemania registró en marzo una tasa de desempleo del 7,2 %, la menor en ese mes en los últimos 20 años

29 mar 2012 . Actualizado a las 21:05 h.

Hace casi una década, Alemania se embarcó en una rigurosa revisión de su economía, convertida este jueves en un modelo para otros países europeos obligados a grandes reformas como España, Italia, Portugal y Grecia.

La dolorosa renovación del sistema de bienestar y del rígido mercado laboral iniciada por el ex canciller Gerhard Schröder provocó divisiones en su partido -el socialdemócrata SPD- y protestas en todo el país.

Esa es prácticamente la misma historia que viven ahora los países que están en el epicentro de la crisis de deuda de la eurozona, que intentan impulsar la flexibilización del mercado de trabajo liberalizando las leyes de despido y de contratación a la vez que toman medidas impopulares de austeridad para sanear las cuentas públicas.

A la misma hora que los trabajadores en España tomaban hoy las calles con un huelga general, la Agencia Federal de Empleo comunicaba que Alemania registró en marzo una tasa de desempleo del 7,2 %, la menor en ese mes en los últimos 20 años.

La llamada Agenda 2010 de Schröder, la mayor reforma social en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial, también requirió un periodo de moderación salarial y una reestructuración empresarial de largo alcance, ambos elementos clave para relanzar la competitividad global del país.

Una clave de la reforma fue forzar a la gente desempleada a buscar empleo

«Las reformas han sido muy importantes», dice el economista del banco ING Carsten Brzeski. «La gente comprendió que algo tenía que cambiar», agrega antes de matizar que la posición de partida de la economía alemana entonces no era tan peligrosa como la de algunos países de la eurozona.

Sin embargo, hace una década se hacían comparaciones con el ascenso al poder de Adolf Hitler en los años treinta para describir las enormes filas de desempleados que había en Alemania.

Todo cambió. En los últimos 30 meses, el desempleo en el país sólo subió una vez.

Mientras el desempleo juvenil (menores de 25 años) en España se acerca al 50 %, el de Alemania es de apenas un 6,3. Las previsiones para 2012 aún son más optimistas. De hecho, el problema de Alemania es que necesita mano de obra cualificada, por lo que el miércoles decidió facilitar la entrada de trabajadores extranjeros.

No ha sido Schröder sino la canciller Angela Merkel, su sustituta en 2005, quien más rédito ha sacado a las reformas que el socialdemócrata emprendió en 2003. La sólida economía alemana ha permitido a la cristianodemócrata Merkel reducir la deuda pública y el déficit.

Aunque las reformas están en la base del actual éxito económico, no han resultado en la creación de un mercado laboral al estilo anglosajón.

Una clave de la reforma fue forzar a la gente desempleada a buscar empleo, liberalizando el trabajo a tiempo parcial, acelerando el proceso de búsqueda de trabajo y apuntalando el segmento de salarios bajos.

Los datos de la Unión Europea muestran que los salarios ajustados a la productividad en Alemania crecieron sólo un cinco por ciento desde 2000. En otros países europeos, han aumentado de un 25 a un 35 %.

Comparado con otros países europeos, también se ha reducido el poder de los sindicatos, obligados por las reformas y la rápida globalización a tener un enfoque más eficiente, aceptando acuerdos salariales más flexibles en las compañías en lugar de convenios a nivel industrial o nacional.