Ordóñez admite que su idea fue vender Novagalicia Banco a la gran banca

Gonzalo Bareño Canosa
gonzalo bareño MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Dice que aprobó el plan porque si no tendría que intervenir a las dos cajas

25 jul 2012 . Actualizado a las 12:42 h.

El arranque de las comparecencias en el Congreso de ex altos cargos, supervisores y banqueros dejó claro que nadie está dispuesto a admitir responsabilidades por la crisis del sector financiero. El exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, no solo no hizo la más mínima autocrítica, sino que aseguró haber «cumplido bien» su tarea de supervisión. Al contrario, culpó a los Gobiernos de Aznar y de Zapatero de no haber hecho lo que debieron y culpó a Rajoy de la pérdida de confianza de los mercados en España y del alza de la prima de riesgo. El problema del sector financiero se originó, según dijo, «a mediados de los años noventa y se desarrolló durante las dos legislaturas del PP y la primera del PSOE». «Esos fueron los años de la alegría, de la exuberancia irracional en la que todos participaron», señaló.

Defendió la creación de Bankia, aunque aseguró que la «responsabilidad absoluta» es «del que la decide, que son sus gestores». Añadió que su creación fue avalada por Asesores Financieros Internacionales y Deloitte y su salida a Bolsa por «quince empresas del mayor respeto profesional». Criticó la gestión del Gobierno sobre Bankia asegurando que «es un error que se fuera Rato», y que el plan que él aprobó era viable y hubiera ahorrado los 19.000 millones que pide ahora su nuevo presidente.

Respecto a Novacaixagalicia, dejó claro que su estrategia siempre fue venderla a los bancos grandes y que si se permitió la fusión de las cajas fue «porque no se dejaba a los bancos comprar las cajas». «Ahora ya lo podemos hacer», añadió. «Lo que estaba planeado hasta ahora -ahora el Gobierno lo ha paralizado- es vender Novacaixagalicia y Caixa Catalunya», señaló. Pero también se limpió las manos en la creación de Novacaixagalicia. Admitió que habló con otras cajas para fusionar con ellas a las dos gallegas -Caja Madrid y la CAM, según publicó La Voz-, pero que la Xunta decidió que «no habría fusiones interregionales». Finalmente, aprobó el plan de Novacaixa porque, según su explicación, de otro modo habría que haberlas intervenido y, además, «si la situación económica era buena, como decía supervisión, y se cumplía rigurosamente, porque era un plan riguroso, hubiera salido bien, pero ni la situación económica fue buena, ni el plan se cumplió rigurosamente y estamos donde estamos».