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La Reserva Federal saca la artillería pesada para crecer y crear empleo

m. m. redacción / la voz

ECONOMÍA

Por tercera vez desde la caída de Lehman, pone en marcha la máquina de fabricar dinero para reanimar el crédito

14 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La Reserva Federal (Fed, banco central de Estados Unidos) no se anda con chiquitas. Desde el estallido de la crisis allá por el verano del 2007 ha hecho de todo para evitar el desastre. Incluido, y sobre todo, darle a la máquina de fabricar dinero. Ayer su presidente, Ben Bernanke, anunció que la va a poner otra vez en marcha.

Cada mes destinará 40.000 millones de dólares (casi 31.000 de euros) a la compra de activos hipotecarios. Y, así, hasta que la economía adquiera el tono muscular necesario para crear empleo. El paro es ahora lo que más preocupa a Bernanke y su equipo. La tasa de desempleo lleva 43 meses consecutivos por encima del listón del 8 %. Y los expertos del banco central estadounidense esperan que finalice el año entre el 8 y el 8,2 %.

En su empeño por reanimar el consumo, reactivar el PIB y frenar la sangría del desempleo, Bernanke ha decidido también mantener los tipos de interés como están ahora, entre el 0 y 0,25 %. Así será hasta mediados del 2015. Seis meses más de lo inicialmente previsto.

Con esta ya son tres las veces que el organismo ha activado la máquina de hacer billetes desde la caída de Lehman Brothers, de la que se cumplen ahora cuatro años. En las dos anteriores lo hizo de forma masiva. Ahora apuesta por una cantidad limitada, en el marco de un programa que se ejecutará mes a mes. Y que morirá tan pronto como la Reserva Federal esté cómoda con el ritmo de crecimiento de la primera economía del mundo.

Objetivos

Con la compra de bonos y activos hipotecarios Ben Bernanke consigue incrementar la cantidad de dinero en circulación. Y, a más dinero, menores tipos de interés. Además, lo que compra es deuda privada, con lo que el dinero va a parar directamente a manos de los bancos. Esto, en teoría, los ayuda a sanear sus balances; lo que, también en teoría, los anima a dar más créditos. Y si lo que conceden son hipotecas, de paso, Bernanke reactiva el deprimido sector inmobiliario estadounidense.

Camino por recorrer

Con todo, durante el discurso de ayer, Bernanke insistió en que no es acertado pensar que con esta medida se acabaron los problemas. Abundó el presidente de la Fed en que la política monetaria por sí sola «no puede curar todos los males de la economía».

Con todo, piensa Bernanke, que esta nueva ronda de liquidez «tiene suficiente fuerza para ayudar a impulsar la economía en la dirección adecuada».

Si a los 40.000 millones que va invertir la Reserva Federal en adquirir títulos respaldados por hipotecas, se suma la llamada Operación Twist -cambiar bonos a corto plazo por otros a largo-, ya en marcha, la inyección de dinero se acerca a los 85.000 millones de dólares.