Bankia es el séptimo operador con más red y personal en Galicia, tras la agrupación de las redes de las antiguas Caja Madrid y Bancaja. Y es la que, atendiendo a su negocio, mayor repliegue acometerá en la comunidad. La firma que preside José Ignacio Goirigolzarri firmó un acuerdo con los sindicatos que suponía el recorte de unos 4.500 puestos de trabajo.
El grueso del ajuste se quiere realizar antes de acabar este año, y ya empezó en Madrid y Levante. En abril llegó a Galicia, con la intención de cerrar casi 30 oficinas y desprenderse de más de un centenar de empleados. La idea era tener todo el plan ejecutado antes de julio, pero se ha parado, como se comunicó el pasado viernes a la plantilla. Entre los trabajadores se ha trasladado la idea, no negada por la empresa, de que se busca un comprador para las oficinas, incluyendo negocio y plantilla. Eso permitiría reducir el impacto laboral y, de paso, que el banco haga caja. Se apunta como hipotéticos compradores a Banesco (los nuevos dueños del Etcheverría) y al luso Banco Espíritu Santo, que quieren crecer en Galicia. Por ahora no hay nada.
Otro ajuste duro lo planea Caja España-Duero. Puede dejar a unos 40.000 clientes gallegos sin servicio si finalmente cierra todas sus oficinas.