La culpa la tiene el déficit de tarifa. La deuda del sistema ha ido engordando en la última década, pero especialmente a partir del 2008, como se aprecia en la tabla anexa, hasta sumar la friolera de 36.255 millones de euros. Pero ya no todo es deuda. Se ha pagado una parte pequeña, pero aún hay acumulado un desfase de 26.000 millones, según los últimos datos hechos públicos por la Comisión Nacional de la Energía. ¿Por qué se ha generado el déficit? A saber. El ministro Soria lo explicó así en el Congreso hace unos meses: porque «en los últimos años las primas a renovables aumentaron más de lo previsto y no tenían límites». Será así, pero esos incentivos a las tecnologías no contaminantes los fijó el propio Ministerio de Industria en una apuesta por reducir la dependencia energética y aprovechar los recursos naturales. Claro que el ministro y el Gobierno eran de otro color, y la crisis económica ni se adivinaba en el horizonte. La fuerte depresión hizo saltar todas las alarmas: ya no había dinero para asumir tantas ayudas a renovables. Desde que Soria es ministro ha aprobado hasta seis reales decretos y órdenes distintas para atajar gastos del sistema. Y no serán las últimas. Para este mismo mes está anunciada otra reforma que afectará de nuevo a los costes regulados y también variará el sistema diario de compra venta de energía (pool).
El Club Español de la Energía acaba de publicar el informe Regulación y Política Energética en España, en el que reclama seguridad jurídica, estabilidad y simplicidad normativa en el sector. También constata que en los últimos quince años se han dictado 390 disposiciones; la legislación se ha modificado en 50 ocasiones mediante leyes o reales decretos ley.