Una trama societaria y prácticas irregulares lograron ocultar durante años deuda y pérdidas
29 jul 2013 . Actualizado a las 22:09 h.El germen de lo que luego sería el gigante Pescanova nació en Vigo en 1960, de la mano de José Fernández López. Veinte años más tarde, su hijo, Manuel Fernández de Sousa, tomó las riendas de la compañía, a la que hizo crecer exponencialmente, escribiendo los capítulos más brillantes de la marca del famoso «lo bueno sale bien». Pero también parece haber firmado su historia oscura, escrita en la última década entrelazando la expansión y diversificación del negocio con un endeudamiento tan excesivo como opaco, fruto de prácticas contables y financieras «irregulares».
Esas son las conclusiones del demoledor informe forense sobre Pescanova elaborado por la consultora KPMG, que ha acabado forzando la dimisión de Fernández de Sousa de la presidencia que ocupaba desde hacía 33 años y que escribirá un nuevo capítulo judicial cuando el 15 de octubre declare como imputado en la Audiencia Nacional, acusado -junto a un rosario de colaboradores- de presuntos delitos societarios, como el falseamiento de cuentas anuales o el uso de información privilegiada.
El ya expresidente de Pescanova asumió «errores» esta semana, repitiendo como un mantra que todo se hizo para mantener «viva» la empresa, pero la investigación de KPMG revela una trama en absoluto fortuita y le señala a él como principal responsable. Estas son algunas de las prácticas que lograron amañar durante años las cuentas de una de las cotizadas más alabada, pero que escondía bajo sus alfombras 3.281 millones de euros de deuda y unos números rojos de casi mil más:
Sociedades
Una maraña de empresas pantalla. Pescanova «se ha servido de toda una red instrumental de sociedades cuya única finalidad era la emisión de facturas carentes de realidad mercantil, para poder descontar efectos». Así lo asegura el informe forense, que recoge que solo en España dicha red estaba formada por quince empresas. La maraña de instrumentales «no tenía vinculación aparente ni estructura suficiente para llevar a cabo actividad comercial relevante, pero en muchos casos era plenamente dependiente de la operativa que Pescanova canalizaba a través de ellas», apunta KPMG, que explica que el operativo señalando que la pesquera les emitía a dichas mercantiles facturas que luego se presentaban al descuento en las entidades financieras «previa contrapartida de dejar en cuenta depósitos en efectivo».
Funcionamiento
Efialtes, el inicio de la pesadilla. Curiosamente, la primera de las sociedades instrumentales creada en España con tal propósito se bautizó como Efialtes S.L., que en griego significa «pesadilla» y que era el nombre del traidor espartano que permitió a los persas vencer en la batalla de las Termópilas, tras traicionar al rey Leónidas. Junto a ella se crearon, con características comunes de constituirse el mismo día, carecer de empleados o tener sede en despachos de abogados de Madrid, otras muchas: El Gran Sol de Altura S.L., Pescados Josfras, Templeton Fish, Ventres Fish, Sieg Vigo, Pescaeje, Pescagalicia Noroeste, World Frost, Seafrizen, Caladeros del Norte, Intermega Pesca, Pontepesca y Mar de Arenco. <
Fraude
Transacciones ficticias y a precio mayor. La investigación resalta que las operaciones entre Pescanova y estas sociedades se realizaban mediante transacciones «donde no existía traspaso de mercancía real, por lo que además de generar financiación bancaria, también crearon en los últimos ejercicios resultados no reales en los registros contables» del grupo.
Los auditores forenses apuntan que, además de no haber habido compra-venta real, los precios para estas mercantiles eran superiores a los que Pescanova aplicaba al resto de sus clientes por la misma mercancía. Entre los años 2007 y 2010, el informe señala que hubo unas ventas de Pescanova a las instrumentales superiores a las compras, mientras que en los años posteriores la situación se invirtió. Esta fórmula permitía a la empresa no solo conseguir financiación, sino también mejorar su resultado operativo.
Pagos en negro
El precio del silencio. Entre la documentación aportada en la investigación destacan correos electrónicos intercambiados entre los directivos implicados en la trama que confirman que se realizaron pagos en dinero negro a los administradores de dichas instrumentales para que camuflaran esas operaciones.
Facturación
«Papel pelota» y facturas falsas. «Se ha llegado a emitir facturas a clientes reales con los que hacía tiempo que no se mantenían relaciones comerciales, que posteriormente se factorizaban ante distintas entidades financieras para poder obtener la correspondiente financiación». Así describe KPMG el operativo usado por Pescanova para lograr financiación anticipada por parte de los bancos con cargo a líneas de crédito para abonar a proveedores, lo que se conoce como factoring.
El circulante logrado por esta vía se dobló entre el 2009 y el 2012, según el informe, pasando de 170 a 337 millones de euros.
Aunque en ocasiones se empleaba una y otra vez la misma factura, en otras eran falsas, indican los investigadores, que se apoyan en la existencia de «cartas o requerimientos» remitidos por numerosos clientes de Pescanova. «La práctica totalidad de estos clientes no reconocían la veracidad de las facturas», añaden.
Sin consolidar
Sociedades internacionales. Su finalidad última era, de nuevo, lograr financiación. Eiranova Fisheries, Hasenosa, Novanam, Skeleton Coast, Austral Fisheries, Lafonia y Polar son las sociedades internacionales que, según el documento, «tampoco presentaban una vinculación directa y aparente con Pescanova, y sin embargo eran igualmente controladas y dirigidas por el grupo para obtener financiación».
Paraísos fiscales
Una trama en la sombra. El auditor dividió en dos grupos la red oculta. Por un lado están las sociedades controladas directamente desde Pescafina (principal filial española de la matriz), entre las que están dos firmas situadas en Panamá, una en Angola y tres en Uruguay; y por otro, las empresas a las que Pescanova daba «órdenes directas de emitir facturas contra sociedades del grupo y realizar el pago a otras», es decir, sociedades pantalla. Suiza, las Islas Vírgenes Británicas, las de Jersey, Luxemburgo o Madeira son algunas de sus ubicaciones off shore.