Más vale Pescanova en mano...

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta PAISANAJE

ECONOMÍA

29 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

En apenas cuatro semanas se cumplirá un año de aquel puntual problema de tesorería que terminó convertido en un lío fabuloso para bancos, administración judicial, políticos, empresas por medio mundo... Ese lío se llama Pescanova, aunque lo correcto sería desligar una marca con un penetración tremenda de quienes están en el origen de este jaleo: Manuel Fernández de Sousa-Faro y quienes gestionaron a su lado durante años. La Audiencia Nacional decidirá hasta dónde cabe pedir responsabilidades a esta gente.

La multinacional pesquera, un empresón que da empleo a unas 10.000 personas, ha conseguido mantenerse a flote durante estos 11 meses cuando se ha cuestionado casi todo: su solvencia, su complejo entramado de filiales, su viabilidad, su gestión, su flota, su capacidad para pagar nóminas... Resistir, y mantener sus ventas en medio de semejante vendaval, tiene su mérito. Un logro que recuerda a lo sucedido en las cajas: la fidelidad de sus clientes vale (bastante) más que sus gestores.

Y Pescanova vale mucho. Los acreedores, los que no provocaron esta situación y a los que se les engañó durante años, tienen un bonito reto por delante. No la van a dejarla caer. Lo saben, por el enorme impacto que tendría en Galicia y porque el quebranto para ellos sería mucho mayor. Tampoco se la van a regalar a quien ha ido tomando -subterráneamente- las riendas de la empresa. No van a asumir unas pérdidas demenciales (las quitas que ofrecen los potenciales compradores) sabiendo que, llevada con tino, esta firma dará alegrías. Y no tardando demasiado.