El relevo de las cincuentonas de la moda

Alberto Rocha SECRETARIO GENERAL DE COINTEGA

ECONOMÍA

16 mar 2015 . Actualizado a las 10:10 h.

El año 1963 fue especialmente fructífero para el textil gallego, con el nacimiento de Confecciones Goa, primera empresa de lo que hoy es Grupo Inditex; O de los dos referentes de la moda infantil, Pili Carrera y Nanos, que acaban de cumplir 50 años, por citar solo unos ejemplos y que, al igual que muchas otras coetáneas, siguen controladas por las familias fundadoras.

Siendo la longevidad empresarial una característica destacable del sector en Galicia, tanto estas empresas de la generación de los 60, como las creadas en la siguiente oleada, en los 80, están llevando a cabo procesos de relevo generacional adaptados a la heterogeneidad característica del sector, pero con algunos elementos comunes que también constituyen un hecho diferencial.

Un matiz sobre los fundadores es que, mientras en los 60 eran generalmente un matrimonio, acompañados en ocasiones por hermanos, en los 80 lo normal es que las empresas fuesen creadas por hombres, con bagaje en la confección, en áreas productivas, comerciales, e incluso administrativas, como es el caso de algún contable reconvertido en diseñador de éxito.

Es oportuno constatar también los abundantes casos condicionados por fuertes liderazgos personales, que algunos señalan como el motivo por el que apenas existen estructuras profesionalizadas, salvando casos notorios y excepcionales.

La incorporación de las segundas generaciones se ha venido produciendo con los fundadores en plenas facultades, con la consecuencia de años de trabajo conjunto. Suelen surgir fricciones en el modo de dirigir la empresa y, sobre todo, en la introducción de cambios, más intensos en la media en que aumenta la valía de los implicados, pero con la diferencia con respecto a los conflictos con profesionales externos, de que en el caso de los hijos, cuanto más peleones, más valorados acaban siendo por sus progenitores, seguramente por verse reflejados en sus vástagos. Así, cuando finalmente acaban arrebatándoles el poder de la organización, en el fondo, sienten que su trabajo ha culminado con éxito, convirtiéndose a partir de ese momento en los únicos consultores realmente respetados en estas empresas.