El Estado asume que se dejó 8.000 millones con la venta exprés de NCG

r. santamarta, j. m. camarero REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Sandra Alonso

Del rescate a la banca española solo ha recuperado 2.686 millones, 783 por la firma gallega

07 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Estado va a tener difícil recuperar no ya en su totalidad, sino al menos parcialmente, el dinero que el erario aportó al sector bancario en los peores momentos de la crisis. Hasta ahora solo se han reintegrado 2.686 millones de los 53.553 millones aportados, a través de diferentes vías, para salvar a buena parte de la banca española. Esto es, un 5 % de la deuda estimada.

La lentitud en la recuperación de estos ingresos se ha hecho más patente aún en los últimos meses, en los que apenas se ha conseguido arañar 20 millones de euros más, si se compara con la última actualización de las devoluciones materializadas, según los datos que ayer hizo públicos el Banco de España. Esa cifra corresponde a una amortización de una emisión de obligaciones obligatoriamente convertibles de Ibercaja Banco. Y nada más.

El resto de los 2.666 millones son los que, hasta mayo de 2015, ya habían devuelto por la salvación de Banca Cívica, Catalunya Banc, Novagalicia Banco y por una emisión de deuda de Liberbank. Pero aún restan, según los cálculos del supervisor financiero, más de 50.800 millones de euros. Y lo que resulta más llamativo: el valor de la pérdida esperada de las ayudas concedidas asciende ya a 10.390 millones (casi 11.000 millones en términos nominales), calculados a través de los esquemas de protección de activos (un blindaje contra pérdidas futuras), según las auditorías anuales a las que estas herramientas se someten. La cifra es un 60 % superior a la inicialmente indicada por el propio supervisor en su primer informe, de septiembre del 2013, en el que informaba del estado de la reestructuración bancaria española. 

Lo que sucedió en Galicia

En el caso de Novagalicia (actual Abanca), el Estado da ya por bueno que con su nacionalización en el otoño del 2011 y su subasta acelerada en el invierno del 2013 se dejó por el camino 8.000 millones de euros, casi lo mismo que el presupuesto anual de la Xunta. No se van a recuperar. Lo cierto es que el FROB decidió, por motivos nada bien explicados, que la entidad gallega debía salir a subasta cuanto antes, de manera casi exprés, sin esperar a que ganara valor, y terminó por adjudicarla en diciembre de ese 2013 a Banesco por 1.003 millones de euros, de los que 712 iban para el Estado (para el propio FROB), y el resto, para el Fondo de Garantía de Depósitos (la hucha para cubrir posibles quiebras). A esos 712 millones recuperados se suman otros 71 por la venta de acciones del banco a empresarios gallegos, que perdieron todo su dinero con una operación de reducción a cero de su capital tras el rescate bancario de junio del 2012 (ese caso está en proceso judicial). Así que de esos 2.686 millones, 783 corresponden a lo que se obtuvo en Galicia. El resto es un roto.

No es el único que deja el auxilio a entidades financieras de la comunidad. El Estado también inyectó 245 millones en capital para reflotar el Banco Gallego después de nacionalizarlo. Fue adjudicado por un euro al Banco Sabadell, que, según se desprende del informe del supervisor español, no ha precisado de más auxilio, pese a que contaba con ese tipos de blindaje para protegerse de futuras pérdidas.