
La oposición a Fontenla amenaza con llevar a la Fiscalía las cuentas de la patronal del 2018
18 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) acaba de cumplir dos años sin presidente. Desde que dimitió Antón Arias en enero del 2018, la patronal gallega ha sido incapaz de nombrar uno, lo que convierte este caso en algo inédito en el panorama español. Víctima de una profunda fractura interna, con las organizaciones de A Coruña y Pontevedra enfrentadas de modo crónico por tener el control, la CEG lleva desde entonces dirigida por la junta de vicepresidentes, en una situación de interinidad, y no parece que haya solución a la vista a corto plazo.
El último capítulo del enfrentamiento tuvo lugar en la última reunión del comité y la junta directiva, un encuentro que estuvo marcado por la tensión y las amenazas. Antonio Fontenla, presidente de los empresarios coruñeses, presentó las cuentas del 2018 con la intención de que se aprobasen y así poder convocar la asamblea electoral. Pero tuvo enfrente a las sectoriales, que le recordaron que ya habían tumbado las cuentas tres veces, porque cada vez que se presentaban eran diferentes.
José Antonio Vázquez Freire, de Cegasal (los centros especiales de empleo), llegó incluso a amenazar con ir a la Fiscalía si se daba luz verde a esos números. Entre las voces opositoras también se encuentra la del ourensano Antonio Dieter Moure, en su día presidente de la CEG avalado por el propio Fontenla, y con quien está ahora muy enfrentado después de que el coruñés le retirara su respaldo.
Ante la amenaza de una judicialización del conflicto, Antonio Fontenla, que cuenta ahora con el apoyo de Lugo y Ourense, y que podría haber sacado adelante las cuentas con las tres confederaciones, ha optado por parar su aprobación y buscar el mayor respaldo posible.
Los que han presentado los números consideran que las modificaciones que se denuncian son pequeños ajustes correctores de la auditoría, sin ninguna relevancia económica, y que no justifican la amenaza lanzada por algunas sectoriales en el último comité. La intención que ha trasladado Fontenla al resto del comité y de la junta es que se pueda celebrar una asamblea electoral el próximo 30 de abril, pero la CEG ha sido incapaz en dos años de consensuar un candidato.
En la patronal han surgido algunas voces que plantean que, dada la fractura interna, solo tiene cabida como candidato una figura de consenso, un perfil de empresario independiente y de prestigio, lo que pondría fin a las tensiones territoriales entre A Coruña y Pontevedra. Pero nadie se hará cargo del timón de la patronal sin que estén aprobadas las cuentas. Tampoco prosperó la reforma de estatutos que abriría la puerta a esta vía, en lo que supuso otro fracaso en febrero del 2019.