El naval pierde el 20 % del empleo en un año y confirma su desaceleración

Manoli Sío Dopeso
M. Sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

JOSE PARDO

El sector se resiente de las crisis de Barreras y Vulcano y el compás de espera en Navantia

04 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Si a un sector tan potente como el naval gallego le fallan dos de sus principales motores, como Hijos de J. Barreras y Navantia, la inestabilidad está servida.

Y si a esta situación de zozobra se suma la pérdida de una instalación naval emblemática, como Factorías Vulcano, y la paralización inexplicable de un proyecto de reindustrialización, por iniciativa de un grupo inversor de capital cien por cien gallego, la situación de desaceleración se vuelve incluso surrealista.

Así lo ve Asime, la patronal gallega del metal que, hace apenas un año, se felicitaba por una cartera de pedidos que, solo con los contratos de Barreras, superaba los 900 millones de euros.

La realidad hoy es que de esa cartera se han caído todos los proyectos menos uno, el polémico crucero de Ritz Carlton. Vulcano ya no existe y el compás de espera de Navantia, con la construcción de las fragatas todavía a dos años vista, suponen una seria amenaza para toda la industria auxiliar que sustenta a los astilleros gallegos.

Los datos presentados ayer en el informe anual del sector del metal que elabora Asime son irrefutables: el empleo en el sector naval gallego cayó en el 2019 un 20,84 %, y se sitúa por debajo de la barrera de los 10.000 trabajadores, una cifra que se aproxima peligrosamente a la de la última crisis vivida por los astilleros, con el expediente de la Unión Europea contra el tax lease.

La facturación conjunta fue de 1.180 millones de euros, lo que supuso un descenso del 11 % en comparación con el año anterior.

Sin sacar pecho

Más allá de las cifras de empleo y de facturación, Enrique Mallón, el secretario general de Asime, reparó en la cartera de pedidos: Galicia suma 12 de los 25 nuevos contratos firmados en España, tres unidades menos que en el 2018, y sin contabilizar los dos buques de Havila y el Ferri de Armas cancelados en Barreras. «Son cifras que no son para sacar pecho, sobre todo porque se avecina un año que no se antoja sencillo para nada», afirmó Mallón.

Para el naval de la comarca de Ferrol, la patronal del metal ha hecho un llamamiento al Gobierno central: «Si queremos mantener el empleo y las instalaciones vivas, exigimos que se ejecute la inversión comprometida ligada al proyecto del astillero 4.0 y el encargo de algún buque relevante ante la perspectiva de dos años de un relativo desierto hasta la construcción de las fragatas para la Armada», manifestó.

Más allá del naval, el sector del metal gallego en su conjunto, que engloba automoción, aeronáutica, metalmácánica y grandes estructuras cerró el 2019 con un 2 % más de facturación, hasta alcanzar los 13.680 millones.

Mallón advirtió que el 2020 «va a ser un año de desaceleración», y apuntó que los principales retos del metal gallego siguen siendo la atracción de profesionales cualificados, la implantación de la industria eólica marina y la aeronáutica.