Supermercados piden reclasificar y bajar el IVA de alimentación

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

ECONOMÍA

Luis Millan | EFE

Sugieren eliminarlo temporalmente para algún producto básico

23 sep 2022 . Actualizado a las 17:33 h.

El director general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), Ignacio García Magarzo, ha pedido este viernes al Gobierno español que reclasifique los distintos tipos de IVA que se aplican a la alimentación para bajarlos e, incluso, eliminarlos de forma temporal para alguno de los productos a los que se aplica en la actualidad el 4 % (tipo superreducido), según recoge Europa Press. 

«El IVA de la alimentación es un impuesto inflacionista. Aunque se supone que es neutro, no lo es», ha aclarado García Magarzo que ha reclamado una «reclasificación de los tipos» de IVA para que los del 21 % pasen al 10 % y los del 10 % al 4 % para algunos productos, por ejemplo, a lo que ha añadido que se elimine el tipo del 4 % para otros «al menos durante algunos meses».

«Se puede hacer», ha aseverado el director general de Asedas quien, tras reconocer que el IVA está sometido a las normas europeas, ha recordado que esta medida se ha aplicado ya en otros países.

El impuesto a los plásticos subirá los precios

Asimismo, ha pedido al Ejecutivo de Pedro Sánchez que evite la entrada en vigor de nuevos impuestos, con una referencia expresa al que se aplicará a partir de enero del 2023 a los plásticos de un solo uso que, según ha advertido, afectará a los productos de alimentación envasados, lo que «sin duda» se trasladará al consumidor, ha augurado.

El dirigente de Asedas ha aclarado que el sector comparte la finalidad medioambiental del impuesto a los plásticos de un solo uso pero ha apelado a la actual coyuntura inflacionista para insistir al Gobierno central en la necesidad de que aplace la puesta en marcha de este gravamen «al menos unos meses».

En la reunión de las organizaciones territoriales de Asedas de este viernes han analizado también el «momento histórico» que se vive en España por la «importante subida» del IPC en el que la alimentación ha superado al general «en niveles muy preocupantes» por «causas bien conocidas y objetivas que, desgraciadamente, se escapan al control de los empresarios y de toda la cadena alimentaria», ha aclarado García.

«Es hoy la principal preocupación de las empresas de supermercados y de distribución», ha asegurado el director general de Asedas, quien ha reivindicado la «enorme estabilidad» que se había dado hasta el pasado año a lo que ha añadido los «meses de contención de márgenes» que, según ha asegurado, han «retrasado y atenuado la subida».

Ha hecho hincapié en la necesidad de explicar a la sociedad «de forma intensa» que la subida del IPC en la alimentación se debe a «circunstancias ajenas al control de la cadena alimentaria y de la distribución» ya que están «fuera de control y fuera de las fronteras».

«Estamos empeñados en que la sociedad lo sepa y lo perciba», ha aseverado García Magarzo que ha puesto especial énfasis en el coste de la energía para un sector, como el de los supermercados, que, según ha explicado, está en el medio de los sectores electrointensivos, como la industria pesada con un nivel de protección, y del consumidor doméstico con una tarifa regulada.

Esfuerzo regulatorio

El director general de Asedas ha pedido un «esfuerzo regulatorio» y «medidas» para que la cadena de valor y la distribución dispongan «de la manera más rápida posible» de un coste de la energía que sea sostenible -«en este momento no lo es», ha lamentado- ante el riesgo de que el triplicado coste energético se vaya a a comer los beneficios. «Habrá cadenas que den resultado negativo debido, exclusivamente, al coste de la energía», ha pronosticado.

Otra de las necesidades «imperiosas» de las que se ha hecho eco Asedas es la del transporte para el que pide «un aseguramiento para un transporte eficaz a un coste razonable para la cadena y para la distribución» y ha lamentado pasadas amenazas y paros «que han hecho mucho daño y han contribuido al aumento de los costes».

Finalmente, ha pedido ayuda para el acceso a las materias primas en un país como España, que es «un gran país productor» pero que es deficitario en cereales para uso industrial y ganadería por el peso en el mercado de Ucrania y de Rusia, o en determinadas grasas, como el aceite de girasol.