FTX abre la puerta a una purga masiva en el mercado cripto

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

DADO RUVIC | REUTERS

Hay miles de afectados que no saben que han perdido su dinero

20 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace un año, el mercado cripto tocó el cielo, alcanzando un valor estimado de casi tres billones de euros. Desde entonces, la situación ha cambiado por completo. El sector calcula que el valor de los activos en la actualidad apenas supera los 860.000 millones, y sigue bajando. Quien hubiera intercambiado dinero en noviembre del 2021 por bitcoines habrá perdido casi un 70 % de su inversión

Y esto es solo una señal del mar de fondo que está arrastrando a dudosos negocios cripto hacia el abismo. El escándalo Terra-Luna fue el aperitivo, al que siguió el corralito de Binance y Celsius, que se declaró en bancarrota, pero el hundimiento reciente de FTX, que pasó de estar valorado en 31.000 millones de euros a declarar su insolvencia en cuestión de días, amenaza con abrir la puerta a una purga masiva en el sector. 

 ¿Qué ha pasado?

Todo comenzó cuando Changpeng Zhao (CZ), fundador de Binance, la mayor casa de compraventa de criptoactivos del mundo, dio la orden de retirar fondos multimillonarios de la plataforma rival FTX -con sede en las Bahamas-, al saber que su homólogo, Sam Bankman-Fried (SAM), había articulado un mecanismo para engordar de forma artificial el valor del FTT (moneda de FTX).

La retirada se convirtió en estampida. Fondos de inversión, bancos y particulares trataron de recuperar su dinero. El propio Bankman-Fried notificó un agujero de 8.000 millones de dólares (una cifra similar en euros). Aunque inicialmente Binance manifestó su intención de rescatar a FTX, finalmente se retiró al saber que las autoridades estadounidenses investigarían a la plataforma. Sin ningún flotador al que asirse, Sam Bankman-Fried se vio obligado a declarar la quiebra de FTX y se acogió a la ley concursal norteamericana, algo de lo que después se arrepintió, asegurando: «La he cagado»

Los abogados de la compañía han reconocido que la debacle podría afectar a un millón de acreedores. Se han comprometido a hacer una lista con los 50 más grandes, aportando una idea del impacto que tendrá su implosión en los balances de otras firmas o fondos de inversión.

John J. Ray III: «Esta situación no tiene precedentes»

Por el momento, lo único que ha trascendido es que la gestión ha sido nefasta. Así lo admite el administrador concursal que está pasando revista a las cuentas de la compañía FTX, John J. Ray III (el mismo que lideró la liquidación del coloso energético Enron en el 2001): «Nunca en mi carrera había visto semejante fracaso en el control corporativo, con la ausencia completa de información financiera fidedigna, como ha ocurrido aquí», explica en su primer informe. En el documento señala que se comprometió la integridad de los sistemas, hubo ausencia total de regulación y supervisión de sus negocios en el exterior y critica la concentración del control de FTX en las manos de un grupo «muy pequeño de poco sofisticados e inexpertos individuos», entre los que estaba el propio fundador, quien avaló compras de inmuebles en las Bahamas para una parte exclusiva de su plantilla y para él mismo con fondos de los clientes, queriendo ahora desprenderse de su mansión de 40 millones en la isla.

«Esta situación no tiene precedentes», subraya John J. Ray III, quien atesora 40 años de experiencia en procesos de liquidación empresarial. El informe termina haciéndose eco del «comportamiento errático» de Sam Bankman-Fried (SAM), quien reaccionó a la investigación con un: «Jodidos reguladores. Ellos hacen todo peor».

Aunque al experto le ha resultado imposible calcular con exactitud el estado de salud de la compañía, porque nadie llevaba control sobre el circulante, estima que FTX tiene 564 millones de dólares en caja. 

¿Se recuperarán las inversiones? 

Es muy probable que la mayor parte del dinero no se pueda recuperar. Las autoridades tendrán que examinar en primer lugar el estado de las reservas en FTX y las obligaciones pendientes. Una vez que tengan las cifras en la mano, buscarán el modo de recuperar el mayor volumen de activos posible -si es que alguna vez existieron, porque parte del valor de la compañía ha demostrado ser humo-. No obstante, al ser un sector donde las inversiones y depósitos no están reguladas ni garantizados por un banco central, como ocurre en la economía tradicional, los afectados no podrán reclamar compensaciones públicas

Según apunta el portavoz de la Asociación Galega de Blockchain e IoT (Agalbit), Antonino Comesaña, algunos especuladores están aprovechando la desesperación de los afectados para generar un mercado negro con los fondos apalancados en FTX. Ofertan ridículas cantidades de dinero a las víctimas para quedarse con los derechos sobre sus inversiones atrapadas. De esta forma, esperan que al final del proceso de liquidación, puedan percibir más de lo que han pagado. Aunque no hay muchas probabilidades. Comesaña calcula que entre el 85 y 85 % de ese capital desaparecerá. 

Fuentes del sector apuntan que todavía hay miles de afectados que no saben que han perdido dinero. Son usuarios que habían depositado capital en otras plataformas más pequeñas que ofrecían intereses de entre el 5 y el 6 % a cambio de poder especular con ese dinero en otros chiringuitos como FTX. Algunas están al borde de la insolvencia.

¿Qué supone esta quiebra para el sector? 

Hay quien compara el hundimiento de FTX con la caída en desgracia de Enron en el 2001, cuando se destapó que la energética había engordado su valor real maquillando las cuentas y haciendo ingeniería contable con sus subsidiarias. El escándalo sacudió a todo el sector, empleados y accionistas tuvieron que acudir a los tribunales para reclamar dinero y su cúpula acabó sentenciada a penas de cárcel por fraude y conspiración. 

En la actualidad, el sector cripto está sufriendo un correctivo mucho más duro que el que soportan las grandes tecnológicas porque su modelo de negocio se apoya mayormente en promesas a futuro que no se acaban de materializar. 

«Las casas de compraventa más pequeñas están atrapadas [...] Alguna más va a caer, esperemos que no sea de gran dimensión», sostiene Comesaña. Y, en efecto, en las últimas horas, el Wall Street Journal reveló que la plataforma de compraventa Genesis atraviesa una crisis de solvencia. Necesita aumentar su liquidez con un préstamo de 1.000 millones de dólares antes del lunes para seguir operando. «FTX ha creado una agitación en el mercado sin precedentes, lo que ha dado lugar a solicitudes de retiro anormales que han superado nuestra liquidez actual», justificó la entidad, que suspendió de forma temporal la retirada de fondos de su filial de crédito Genesis Global Trading. La firma tenía al cierre del tercer trimestre 2.800 millones de dólares de préstamos en activo, desde los 4.900 millones del anterior, según sus cuentas. 

También atraviesa problemas la casa Gemini, socio de Genesis. La firma ofrecía jugosos intereses a los clientes que prestasen sus criptomonedas. Como Genesis ha paralizado las retiradas, su compañera está teniendo serias dificultades para cumplir con sus obligaciones. 

BlockFi ha suspendido la retirada de activos alegando «falta de claridad con respecto a FTX». Las dudas sobre su exposición a la crisis desatada en la última semana apuntan a que podría estar preparando su declaración en bancarrota. 

El propio gigante de la compraventa Binance admitió esta semana que estaba sufriendo una retirada masiva de fondos en su plataforma. Una tendencia que se podría agravar cuando se sepa el nivel de exposición -directa o indirecta- a FTX, su rival. 

¿Por qué se ha desinflado el mercado? 

En el mercado cripto se comercializan activos digitales -criptomonedas y tokens (cupones)-, que utilizan tecnología blockchain para registrar y rastrear transacciones en red (casi imposibles de manipular) sin la intervención y supervisión de bancos centrales.

Ese atractivo -el de una mayor privacidad y seguridad en los pagos- es lo que atrajo inicialmente a particulares interesados en la utilidad a futuro de proyectos como el bitcóin. Esa promesa de revolución de las finanzas descentralizadas atrajo a un buen puñado de oportunistas, ansiosos por hacer dinero fácil y rápido. 

En los últimos tres años han proliferado todo tipo de negocios de dudosa fiabilidad, alimentados por los bajos tipos de interés (mucho dinero y muy barato circulando) en este ecosistema, cuyos activos no pivotan sobre una solución tecnológica útil y novedosa sino sobre la pura especulación y la necesidad de obtener rentabilidades más altas, como demuestra el hecho de que casi nadie hace transacciones en la vida real con alguna de las más de 60 criptomonedas que existen en el mundo. 

Sus promotores aplican las mismas técnicas que la banca tradicional antes de la gran crisis del 2008: para atraer capital, ofrecen tipos de interés muy altos. Ese retorno solo se puede conseguir atrayendo nuevos clientes, ejecutando inversiones muy arriesgadas y aceptando altos niveles de apalancamiento, lo que empuja a muchas de estas plataformas intermediarias a quedarse sin liquidez cuando se produce una estampida y los clientes quieren retirar fondos en masa.

«Desafortunadamente, este ecosistema está totalmente corrupto y la lección de las últimas semanas es que estas personas deberían irse», sostuvo recientemente el economista Nouriel Roubini, quien anticipó la crisis del 2008. No se quedó ahí. Tachó al fundador de Binance como «bomba de relojería andante», tras recordar que su plataforma está siendo investigada por las autoridades estadounidenses por blanqueo de capitales y sus operaciones han sido prohibidas en el Reino Unido.

El profesor de la OBS Business School, Marc Bara, apunta en la misma dirección: «El dinero se esfuma porque no ha existido nunca. Dadas las aplicaciones hoy de las criptomonedas, la especulación es básicamente el 99 %», señala. Y es que apenas se producen transacciones con criptoactivos para actividades reales. Sí existen algunas empresas que utilizan cadenas de bloques privadas para la trazabilidad de paquetes o mercancías, por ejemplo. El resto, es humo: «Hay tanta especulación y tanta ignorancia en este sector, que se ha generado una crisis de confianza brutal. Yo he tenido bitcóin, pero no usaría nunca una empresa de intercambio. Podría tener mi monedero, pero no darle las llaves a un intermediario. Se aprovechan de la ignorancia de los usuarios», denuncia Bara.

Comesaña coincide con él en que lo mejor que pueden hacer los usuarios es formarse, aprender criptografía y gestionar sus propios monederos porque de lo contrario, «es como meter el dinero en bancos, pero sin regulación ni garantías, es muchísimo peor», apunta. 

¿Es el principio del fin de la burbuja cripto? En opinión de Bara «es una purga muy grande. A ver si termina por fin con esos esquemas Ponzi (estafa piramidal) de ir acumulando activos en el balance que al final no valen nada». Cree que todavía nos esperan sorpresas más grandes con plataformas como Binance.

Ahora bien, esta purga en el sector no solo viene dada porque algunos chiringuitos cripto han quedado al desnudo. También por la coyuntura macroeconómica. Con la subida de los tipos de interés que han ejecutado este año los principales bancos centrales del mundo, incluido el BCE, cuesta más tomar dinero prestado. Cuando el dinero no fluye con tanta alegría, los inversores toman posiciones más conservadoras, como adquirir deuda pública -por la que ahora se ofrece más rentabilidad que hace un año-. Esa falta de liquidez, conducirá a un invierno cripto que se alargará, por lo menos, hasta finales del 2023, según la plataforma Coinbase. Sin olvidar los pasos que están dando los reguladores nacionales para poner orden en la jungla cripto. 

¿Cuántos gallegos han perdido dinero con el hundimiento de FTX? 

Aunque es difícil cuantificar el número de gallegos que tienen dinero invertido en criptoactivos -si tienen billeteras privadas, no se les puede rastrear-, en Agalbit calculan que son entre unos 60.000 y 80.000 gallegos. La mayoría suele utilizar intermediarios (casas de cambio como la quebrada) para depositar y gestionar sus inversiones. No obstante, FTX no tiene gran acogida en la comunidad, a pesar de que era el segundo gran coloso de ese segmento de mercado mundial: «No llegará ni a un 5 % los gallegos que estén expuestos de forma directa», aclara Comesaña.

Eso significa que, como mucho, habrá entre 3.000 o 4.000 ciudadanos potencialmente afectados por el colapso de FTX. Y es que casi la mitad de los usuarios tiene su dinero en Binance. Además, la gran mayoría no tiene grandes cantidades invertidas en criptoactivos.