La comunidad destaca por su mercado de trabajo, pero suspende en infraestructuras y eficiencia empresarial
21 dic 2022 . Actualizado a las 09:40 h.Una economía que no es competitiva tendrá muchos problemas para poder retener talento. Y eso es lo que le puede pasar a Galicia si no toma las riendas de la digitalización.
La comunidad es la que peor resultado obtiene en este terreno en el Informe de la Competitividad Regional en España 2022 que ha presentado este martes el Consejo General de Economistas de España (CGEE). El uso de las TIC en la economía gallega todavía es muy bajo, no ha permeado a todo el tejido productivo.
La lista digital la encabezan Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana. El director técnico del estudio señala la «relevancia» que tiene la transformación digital en la competitividad de las economías. Una tarea en la que Galicia va retrasada. Tampoco ayuda del deterioro del entorno económico, una de las variables que han analizado en el informe. La comunidad arrastra más déficits, que está subsanando, como la calidad de las infraestructuras básicas, la eficiencia empresarial o el gasto en innovación.
A pesar del lastre que puede suponer en el futuro, lo cierto es que la comunidad sigue mejorando de forma «moderada». Es la novena región más competitiva de España, por detrás de Madrid, Navarra, País Vasco, Cataluña, Aragón, La Rioja, Castilla y León y Cantabria. ¿Cuáles son los puntos fuertes sobre los que pivota su recuperación?
Fortalezas
Los expertos señalan al a robustez de su mercado de trabajo, y su capital humano, cada vez más preparado. Además de contar con entorno institucional muy robusto, algo en lo que se desmarca del resto de regiones. ¿Qué significa eso? Que Galicia tiene las cuentas bajo control, los índices de desigualdad se mantienen a raya y sus ciudadanos no están excesivamente endeudados.
En el último año ha habido mejoras en el terreno de la exportación, el uso de internet, la formación de adultos, el freno al abandono escolar temprano, el despliegue de un parque de vehículos ecológicos, dinamismo empresarial, gasto en I+D empresarial y comercio electrónico. Aunque se han deteriorado la tasa de ahorro, los delitos y el volumen de mujeres empleadoras, según el informe.
En su conjunto, la competitividad de las comunidades autónomas ha crecido un 4,4 % en el último año (2021), recuperando el pulso previo a la pandemia.